Diario Libre (Republica Dominicana)
Cataluña ¿oprimida?
A estas alturas, solo los ingenuos y los fanáticos creen que el secesionismo catalán es un “movimiento de liberación de un pueblo”. Hace muy bien el embajador Abellán en reunirse con los diputados dominicanos a los que el Centro Catalán se acercó para pedir la solidaridad congresional con los políticos catalanes presos.
El nacionalismo catalán es supremacista (como el vasco) y va en contra de los intereses de los catalanes en su totalidad y de la voluntad explícitamente expresada en las urnas de la mitad. En votos ganan los no separatistas muy ajustadamente, pero las alianzas políticas parlamentarias dan la mayoría en esa cámara legislativa regional a los secesionistas que la han convertido en un frívolo esperpento. (Y además victimista, cursilada inaceptable.)
No hay presos políticos catalanes. Hay políticos catalanes presos. Y faltan más, porque lo que ha robado la clase política catalana todavía se ventila en los tribunales.
Los ahora detenidos, lo están por vulnerar la Constitución y las leyes por las que gobiernan desde hace décadas. (El diputado del Frente Amplio debería investigar el pedigrí y el capital del secesionismo catalán y las expresiones racistas del actual presidente de la Generalidad para que no se lleve sorpresas ideológicas o de coherencia política.)
¿Hay catalanes oprimidos? Sí, por los nacionalistas. Su control de los medios de comunicación, de la educación y del aparato de propaganda internacional... es extraordinario y caro. Es fascista todo el que no piensa como ellos. Ellos tienen derecho a todo, los constitucionalistas a callar o irse.
La imperfecta democracia española les ha permitido chantajear al PSOE y PP, que para gobernar han pactado y cedido ante sus dogmáticas peticiones desde hace 30 años. También llegó a la Moncloa Pedro Sánchez gracias a los votos nacionalistas.
¿Tiene sentido? No, pero la angurria por el poder es así.