Diario Libre (Republica Dominicana)
Recuerdo persistente
En los últimos años las intervenciones oficiales en el valor del yuan no se han dirigido a depreciarlo sino a mantener su estabilidad
Sucede a veces que una persona es marcada por algo que antes hizo. Puede tratarse de una infracción, cuyo recuerdo le persigue, o de una actividad a la que estuvo vinculada, o de opiniones que dio sobre un asunto controversial. Famosos son los casos de artistas de cine que no lograron romper su asociación con los personajes que interpretaron en la pantalla, lo que les impidió ser considerados para roles diferentes.
El recuerdo de los años en que China mantuvo el valor del yuan, su moneda, por debajo de su nivel de mercado, la persigue en la actualidad. Tenía en ese entonces, hace unos diez años, las manos libres para subvalorar el yuan a fin de abaratar el precio de sus exportaciones medido en monedas extranjeras, lo que le fue de gran ayuda para alcanzar las altas tasas de crecimiento económico que asombraron al mundo. Pero el progreso y las aspiraciones fueron creando ataduras que restringieron su libertad de acción. El desarrollo de la clase media urbana chi- na incrementó su poder político y la sensibilidad de las autoridades respecto de la inflación, la cual incide sobre el poder adquisitivo de esa clase emergente. Dejó de ser posible subvalorar la moneda sin preocuparse por el efecto en el precio de los bienes importados. Y la aspiración de hacer del yuan una moneda internacional de reserva, igual que el euro o el dólar, hizo necesario evitar fluctuaciones discrecionales y tratar de crear la percepción de que es el mercado el que determina su valor. De hecho, en los últimos años las intervenciones oficiales en el valor del yuan no se han dirigido a depreciarlo sino a mantener su estabilidad.
Pero el recuerdo puede pesar más que la realidad presente, sobre todo si conviene mantenerlo vivo. A pesar de que el gobierno estadounidense ha orientado sus críticas hacia los apoyos estatales directos, persiste la creencia de que China sigue manipulando su moneda para quitar mercado a los productores de otras naciones.