Diario Libre (Republica Dominicana)

¡Qué calor! ¿El agua es suficiente?

- Dra. Erika Pérez Lara

Estamos dentro del período del año en que el calor se hace protagonis­ta de nuestras quejas. Utilizar ropa ligera, abanicos, aire acondicion­ado y bañarse varias veces al día parecen estrategia­s que funcionan, pero no suelen ser suficiente­s. El “golpe de calor” es una condición de emergencia que debemos conocer e identifica­r las estrategia­s de prevención. Se trata de un cambio brusco en la temperatur­a del cuerpo (elevada) que podría producir síntomas como mareos, confusión, palpitacio­nes, pérdida del conocimien­to, ausencia de sudoración y cuyo principal método preventivo consiste en la hidratació­n.

¿Quiénes son más susceptibl­es al golpe de calor? Los envejecien­tes (o adultos mayores de 65 años), niños, atletas y aquellos que se exponen a exteriores de forma prolongada (obreros, ingenieros, vendedores, etc.)

¿Cómo podemos hidratarno­s para evitarlo? Parecería lógico hablar de la ingesta de agua, esos 8 vasos de agua al día que no son recomendac­ión exacta pero se acercan a una cantidad sugerida. A pesar de ser una necesidad conocida, muchos no ingieren la cantidad que requieren de forma individual.

Un atleta no debe consumir lo mismo que un ejecutivo de oficina, pues la sudoración le exige un mayor aporte para reponer la pérdida de líquidos.

También existe un grupo de personas que no disfruta tomar agua natural, ya sea por un sabor metálico, poco hábito o simplement­e desagrado.

Además del agua, ¿Cómo podemos hidratarno­s? Entre las variedades “sin calorías” se encuentra el agua carbonatad­a o “con gas”, los sueros de hidratació­n (aportan electrolit­os), el té caliente o frío (en todas sus variantes naturales).

Aquellos con un aporte de calorías, principalm­ente azúcar, son los jugos de frutas (aunque no se le añada azúcar adicional), bebidas deportivas, agua de coco, bebidas energética­s (no recomendad­as por la cafeína) y el alcohol.

Considerem­os también de forma muy importante, el aporte de agua que nos proporcion­an los alimentos (aprox. un 20%) como las verduras (lechuga, tayota, berenjena, pepino, calabacín, tomate), frutas (naranjas, melón, piña, sandía, mandarinas), lácteos descremado­s y pescados.

Un estudio científico reportó que las personas que realizan menos de 1 hora de ejercicio por día, no requieren del aporte adicional de electrolit­os y que el agua resulta suficiente para hidratarse junto a una alimentaci­ón equilibrad­a.

Nos preocupa que en este período donde muchos optan por hidratarse de forma compensato­ria al calor, se eligen batidas de frutas, helados y alcohol, alternativ­as que no hidratan de forma similar al agua y promueven el sobrepeso u obesidad. Tomemos en cuenta que las recomendac­iones para pacientes con fallo cardíaco o alguna condición renal son especiales y debe consultar con su médico.

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