Diario Libre (Republica Dominicana)
De deuda y otros temas
El otro enfoque sobre la deuda externa y que nadie, absolutamente nadie, ha abordado, es el que tiene que ver con la propiedad del crecimiento que exhiben las autoridades.
El crecimiento montado sobre la base del endeudamiento no es propiedad, técnicamente hablando, del país que lo exhibe como un logro por la sencilla razón de que esos capitales tienen dueño, entiéndase FMI, BM, BID y acreedores privados.
Esos dueños “del crecimiento” ponen condiciones y plazos y ¡ay de aquellos! que no cumplen. Entonces vienen con la receta y el cacareado crecimiento se desvanece. (Se lo llevan)
Nuestra deuda ya alcanza el 50% del producto interno bruto pero tenemos aquellas condiciones y plazos y resulta que el gobierno, para cumplir, ha entrado en lo que se llama voracidad fiscal y eso tiene sus consecuencias porque se encarece todo. Endeudarse no es malo en sí mismo. Si la deuda se invirtió bien en obras de infraestructura que devuelvan lo que costaron, por ejemplo, está bien que se tome dinero a crédito.
Pero invertir para cubrir gastos corrientes es un negocio tan malo que no hay que ser un genio para una persona sensata darse cuenta del error.
Pero lo que obliga a la buena inversión de los recursos que se toman prestados es que esa deuda no la pagarán los que la disfrutan hoy, sino sus hijos y los hijos de sus hijos. Es criminal y un abuso tomar prestado y dilapidar esos recursos sabiendo que los va a pagar otro.