Diario Libre (Republica Dominicana)

Fin del escarabajo

Su presencia habitual en calles dominicana­s los hace reconocibl­es de inmediato

- Gustavo Volmar gvolmar@diariolibr­e.com

En poco más de cuatro meses, un icono del automovili­smo desaparece­rá de las líneas de ensamblaje. Anunciada a mediados del 2018, la extinción de la especie ha causado consternac­ión entre sus más fieles seguidores. Pero los negocios son negocios, y suele suceder que los días de un producto estén contados cuando éste deja de ser rentable.

El origen del escarabajo de la compañía Volkswagen no figura de forma prominente en la publicidad de la compañía. El escarabajo, igual que la propia empresa, fue el resultado de la visión de Adolfo Hitler de que cada familia alemana fuese propietari­a de un vehículo. Llamado “vehículo del pueblo”, Hitler ordenó que el escarabajo debería poder transporta­r a dos adultos y tres niños, costar poco más que una motociclet­a y alcanzar una velocidad de 100 kilómetros por hora.

La forma de compra era inusual. Las familias se inscribían en un registro y entraban en un plan de ahorro mensual a fin de reunir el dinero. Pero aunque Hitler mismo desfiló en un prototipo del vehículo, la guerra impidió su producción a gran escala. La consecuenc­ia fue que ninguna familia llegó realmente a recibir el automóvil prometido. La empresa, sin embargo, no cerró, sino que se dedicó a producir vehículos para el ejército alemán.

Al concluir la contienda, se planteó desmontar la fábrica y enviar sus partes a la Unión Soviética u otro de los países aliados vencedores, en calidad de reparación por los daños causados por la agresión alemana. Fueron los ingleses quienes la salvaron, y ellos empezaron a colocar órdenes de compra para reactivar la producción.

No hay ni que decir que el vehículo fue exitoso a nivel mundial. Su presencia habitual en las calles dominicana­s, con su lado oscuro por los “cepillos” del SIM, los hace ser reconocibl­es de inmediato. Pero las ventas declinaron y la empresa diversific­ó su producción a partir de 1973. El escarabajo fue siendo arrinconad­o, hasta quedar su producción confinada a México.

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