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Evaluaciones resaltan que el uso de la radio en el hogar declina con el nivel del ingreso

Su próxima desaparición ha sido pronosticada varias veces, pero la presunta enferma se resiste a morir. Y no sólo sobrevive sino que sigue adelante con aparente fortaleza. En un sector donde la vida útil de los dispositivos se mide en pocos años, si es que no sólo en meses, la radio y las radiodifusoras han demostrado tener una notable capacidad de subsistencia sin necesidad de grandes cambios tecnológicos. Otros segmentos han pasado por transformaciones más dramáticas, como el periplo desde los tubos catódicos a las televisores plasma, LCD y LED, o desde el VCR, al DVD, Bluray y la nube. La radio ha resistido la competencia de esos otros medios y ha sabido infiltrarse en las innovaciones ocurridas en su entorno. Sólo en la sintonía de la radio de onda corta se ha registrado un mayor proceso de sustitución, probablemente por las características de su esfera de usuarios.

Evaluaciones realizadas ponen de manifiesto que el uso de la radio en el hogar tiende a declinar con el nivel del ingreso, tanto como fuente de noticias o como medio de entretenimiento, reemplazada por la televisión local, el cable, el DVD y sus variantes, la computadora, las tabletas y los servicios de contenido en línea. En los vehículos de motor, sin embargo, la radio no ha sido doblegada por los CD u otros competidores, siendo ése ahora su baluarte principal en las naciones desarrolladas. Analistas del comportamiento reconocen que la radio tiene la ventaja de ser más compatible con la ejecución simultánea de otras actividades que requieren concentración, como es manejar un automóvil u operar una maquinaria.

La transmisión digital y el internet incursionan ahora en el espacio tradicional de los aparatos AM y FM, pero la radio, como las plantas trepadoras, posee la habilidad de encaramarse sobre los avances incorporados en otros dispositivos, como por ejemplo en la sintonía de emisoras por medio de los celulares.