Diario Libre (Republica Dominicana)
Descalabro petrolero
El colapso de la producción de petróleo de Venezuela está siendo atribuido al despido por el gobierno bolivariano de miles de técnicos especializados que laboraban en el conglomerado petrolero estatal, desarticulando de ese modo su estructura operativa y gerencial. Pero sucede que un proceso parecido, aunque menos dramático, también ha tenido lugar en México, donde la producción de petróleo crudo ha descendido continuamente durante los últimos catorce años, sin que allá haya habido un gobierno como el bolivariano.
Eso significa que es preciso buscar una causa actuante en ambos países. Teniendo en cuenta las circunstancias en cada caso, ese denominador común puede ser la ineficiencia con la que el gobierno ha manejado sus empresas. Vistos como proveedores de recursos para sustentar los programas de gastos públicos, a esos conglomerados se les priva de fondos de inversión para efectuar exploraciones, explotar yacimientos, renovar equipos, ampliar instalaciones y desarrollar proyectos de diversificación. Se les imponen regulaciones de precios con fines populistas. Sus nóminas son cargadas con activistas políticos. Se les requiere pagar tasas, dividendos y contribuciones a las arcas públicas sin tener en consideración su rentabilidad. Merman su solvencia con deudas contratadas en los mercados financieros con garantía de sus activos y sus ventas futuras. Y en su interior se generan feudos sindicales que obedecen a líderes y jerarcas partidistas.
Paradójicamente, le ha tocado al nuevo gobierno izquierdista de México, al que muchos comparan con Chávez, tratar de enmendar la situación, para lo que planea invertir en los yacimientos marítimos de poca profundidad y en aumentar la capacidad de refinación. Se teme, sin embargo, que en realidad la agrave, dando marcha atrás a la privatización de Pemex.
Desde el punto de vista dominicano, todo lo que pueda contribuir a aumentar la oferta mundial de petróleo nos favorece.