Diario Libre (Republica Dominicana)
Anhelo negociador
Las negociaciones comerciales suelen ser arduas y prolongadas, sin que haya un derrotero prescrito ni un calendario establecido al respecto
El 2019 comienza con la perspectiva de una posible renegociación del tratado DR-CAFTA. Un poderoso motivo para ello es la proximidad de la liberalización del intercambio de algunos bienes agrícolas, amenazadora para la subsistencia de varios segmentos de nuestros productores. Pero anunciar la intención de hacerlo es más fácil que renegociarlo efectivamente. Dependerá de la buena disposición y voluntad de los demás integrantes, y no hay razones convincentes para anticipar que acogerán con beneplácito nuestros planteamientos.
Las negociaciones comerciales suelen ser arduas y prolongadas, sin que haya un derrotero prescrito ni un calendario establecido al respecto. Mucho depende del poder que cada parte tenga para persuadir a los otros a aceptar sus puntos de vista, lo cual a su vez está condicionado por los instrumentos y mecanismos de presión que dicha parte posea.
Cuando los EE.UU. reclamaron la renegociación del NAFTA, el acuerdo que habían suscrito con Canadá y México, empezaron amenazando con romperlo. Contaban a su favor con que eran un mercado vital para los productores canadienses y mexicanos, cuya dislocación supondría daños inmensos a sus economías. En un eventual escenario de ruptura, los EE.UU. sin duda sufrirían también, pero como porcentaje de su actividad económica total los daños que padecería habrían sido mucho menores que para los otros dos socios del convenio. La presión surtió efecto y tanto México como Canadá tuvieron que frenar lo que hubiera sido su deseo de poder mandar a Trump a un lugar que es mejor no mencionar.
Al iniciar la renegociación del DR-CAFTA, la República Dominicana parece contar con un medio de presión dado su déficit comercial con los demás miembros. Amenazar, sin embargo, con salirse del acuerdo no sería creíble, lo que limita su poder negociador. Y tiene que ponderar también asuntos como el turismo, el transporte, la inflación, las inversiones, las remesas y las zonas francas.