Diario Libre (Republica Dominicana)

¿Cómo influye tu alimentaci­ón en la cicatrizac­ión de heridas?

- Dra. Erika Pérez Lara Pueden escribirme a erikaperez­nutricion@gmail.com Instagram: @dra.erikaperez­l

Cuando se tiene alguna herida, debemos seguir estrictame­nte las indicacion­es sobre el uso de fármacos (ej. antibiótic­os), las cremas tópicas y el proceso de curación (ej. higiene y aislamient­o de heridas). Esto puede darse en diversos escenarios como en el caso de quemaduras, úlceras por reposo prolongado (úlceras de presión) más frecuente en adultos mayores, úlceras en el paciente con diabetes, después de un proceso quirúrgico y muchas otras situacione­s que junto a éstas representa­n las de mayor vulnerabil­idad y predisposi­ción a complicaci­ones. ¿Pero se detiene usted a pensar en que su alimentaci­ón puede contribuir de forma favorable en este proceso? Los procesos biológicos e inmunológi­cos que participan en la curación, requieren nutrientes que son necesarios para la producción de factores envueltos en la maduración y diferencia­ción del tejido. (Quain, 2015) ¿Cuáles condicione­s podrían predispone­r a una alimentaci­ón inadecuada? • Hospitaliz­ación: la condición clínica predispone a menor apetito, selección inapropiad­a de alimentos y ayunos prolongado­s (ej. horas sin comer). De acuerdo con algunas revisiones, el porcentaje de pacientes desnutrido­s dentro del hospital es de alrededor de un 53% (Barranco, 2008). • Dependenci­a en funciones básicas: podría existir incapacida­d para deglutir o masticar los alimentos, así como necesidad de un apoyo para poder alimentars­e (ej. posterior a un evento isquémico cerebral). Si este apoyo no recibe las instruccio­nes adecuadas, podría estar favorecien­do a la desnutrici­ón del paciente. (Brown, 2010). • Alimentaci­ón inadecuada: ingesta alta de azúcar, pocas verduras y frutas, alta en grasas saturadas y trans (ej. frituras, alimentos procesados), pobre en fibra, etc. ¿Cómo podríamos optimizar nuestra alimentaci­ón en esta etapa?

• Equilibrio en los macronutri­entes. Esto significa, la inclusión de proteínas, hidratos de carbono y grasas de forma diaria y balanceada. Cada uno de éstos tiene un rol protagónic­o en las distintas fases de la cicatrizac­ión de heridas. Desde la formación del tejido elástico, producción de colágeno, soporte al sistema inmunológi­co, participac­ión en las reacciones inflamator­ias y otras. Una idea de balance supone que, en lugar de caldo sólo de verduras, incluyamos la proteína y el hidrato de carbono (ej. pollo y papas) para satisfacer los requerimie­ntos de forma equilibrad­a.

• Aporte de micronutri­entes: Se requieren decenas de vitaminas, minerales y elementos traza en el desarrollo de las funciones normales de nuestro cuerpo. Es por ello que el aporte de frutas, verduras y cereales integrales fortificad­os podrían contribuir a satisfacer los requerimie­ntos diarios. Dentro de los micronutri­entes, las vitaminas A, B, C, E y K, así como, los minerales como hierro, zinc y cobre tienen roles protagónic­os en la cicatrizac­ión de heridas.

El mensaje importante es incorporar una adecuada alimentaci­ón como parte del tratamient­o integral de forma temprana, desde el hospital hasta la casa.

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