Diario Libre (Republica Dominicana)
Gestas independentistas
El deterioro fue gradual, pero es probable que sus causas hayan estado presentes desde el inicio, ocultas por el poderío de la nación venezolana
Los dominicanos festejamos un nuevo aniversario de nuestra independencia nacional en un ambiente de paz social y estabilidad económica. Hay, por supuesto, muchas razones válidas para desear que algunos aspectos de esa situación varíen, en torno a asuntos como la inseguridad, las desigualdades, la insalubridad, la inmigración ilegal, el medio ambiente y las oportunidades de avance. No obstante, hay que reconocer y celebrar los logros alcanzados.
Pero mientras brindamos por un año más de independencia, nuestros hermanos venezolanos tratan de conseguir la suya, no de un poder foráneo que los haya doblegado, sino de un régimen que les ha llevado a la miseria a pesar de su inmensa riqueza petrolera. Inicialmente fue admirado en la región latinoamericana como un gobierno reivindicativo, dispuesto a poner fin a la hegemonía de partidos políticos corruptos, cuyos líderes y personajes asociados habían acumulado grandes fortunas sirviéndose del Estado para su beneficio personal. Y a ese tenor progresista sumó una admirable solidaridad con los países vecinos, incluyendo a la República Dominicana, carentes de ese recurso natural que sigue siendo fundamental para la industria, la agricultura y la energía.
El deterioro fue gradual, pero es probable que sus causas hayan estado presentes desde el inicio, ocultas temporalmente por el poderío económico de la nación venezolana. Fueron ocurriendo cosas como las primeras escaseces de productos, cortes en el suministro de electricidad, el mercado negro de dólares, los aumentos de precios, el incremento en la delincuencia, la expropiaciones de propiedades, los cierres de compañías y el declive de los servicios públicos.
Empezó el éxodo de los profesionales y empresarios, seguidos por la clase trabajadora. Y a medida que se erosionaba su caudal de adeptos y simpatizantes, el régimen pasó a depender de activistas y, sobre todo, de unas fuerzas armadas involucradas en toda suerte de negocios.