Diario Libre (Republica Dominicana)
Innovadores e imitadores
Los mecanismos de cobro, pago, préstamo, contratación, liquidación, inversión, distribución, almacenamiento y localización serían dislocados
Los daños a la economía mundial si el internet dejara de funcionar, serían similares a los provocados por un cataclismo masivo que afectara vastas zonas del planeta. Las empresas perderían sus conexiones con usuarios, proveedores, archivos y programas. Repositorios enteros de datos quedarían inaccesibles. Los mecanismos de cobro, pago, préstamo, contratación, liquidación, inversión, distribución, almacenamiento y localización serían dislocados. Y los mercados financieros sufrirían un descenso que haría palidecer a la suma de la Gran Depresión y la Gran Recesión.
Y también afectaría al entretenimiento en línea ofrecido por empresas como Netflix. Por supuesto, esa pérdida de entretenimiento no sería comparable con las otras gravísimas consecuencias, pero equivaldría a la desaparición de lo que se pronostica como una revolución en las preferencias de individuos y familias.
Esos pronósticos son tan prometedores que varias grandes empresas ya han iniciado, o se aprestan a ofrecer, servicios para la descarga directa de películas, espectáculos y eventos de diferente índole, hacia dispositivos como televisores, tabletas y teléfonos inteligentes. El éxito de Netflix, como suele ocurrir cuando algún negocio florece, despertó el interés de otros posibles proveedores, entre ellos Fox y Disney, este último con su anunciado servicio Disney+. Netflix dijo haberlo previsto y ha estado invirtiendo en la producción de contenidos propios.
Respecto del impacto sobre Netflix de la retirada de contenidos ajenos, combinada con la mayor competencia y sus cuantiosas deudas, los ejecutivos de la empresa señalan que temen más a servicios innovadores como You Tube de Google y Fortnite, que a imitadores de sus servicios como Disney, Amazon y HBO. Y dan un dato impactante, pues dicen que del total de mil millones de horas diarias que las personas en los EE.UU. dedican a ver televisión, cien millones (el 10%) ya corresponden a Netflix.