Diario Libre (Republica Dominicana)
Estelas letales
Más pronto que tarde, el mundo reclamará justicia, en especial países como el nuestro cuya contribución al cambio climático ha sido insignificante en comparación con la de otras naciones. Este verano hemos sentido más calor que en años anteriores, aparte de la también alta temperatura política, y todo indica que es sólo el comienzo de lo que vendrá después. Los culpables más notorios son las economías desarrolladas, por la contaminación que han provocado desde el inicio de la revolución industrial. Se señalan en particular los vehículos de motor y las plantas termoeléctricas que usan carbón o derivados del petróleo, pero surgirán nuevos responsables a medida que la magnitud de los perjuicios se incremente.
En la mira de los ambientalistas se encuentra, por ejemplo, el sector de la aviación. Desde hace tiempo se le acusa de que los motores de las aeronaves son una causa significativa de la acumulación de CO2 en la atmósfera. Pero según un estudio publicado en Alemania a principios del mes de julio, las estelas blancas que dejan los jets a lo largo de su trayectoria han contribuido más al calentamiento global que todo el CO2 que la aviación ha emitido desde su inicio. Ése ha sido un hallazgo inesperado, dado que las estelas son fugaces, lucen del todo inofensivas, y provienen de un simple proceso de condensación del vapor de agua expulsado por las turbinas.
Los científicos han descubierto, sin embargo, que los cristales de hielo en las estelas impiden la difusión del calor. La solución es que se produzcan menos cristales, para lo cual los aviones deberán emitir menos cantidad del hollín y las partículas metálicas que actúan como centros en la formación de esos cristales. Si se aceptan las conclusiones del estudio, el auge del turismo representa un peligro para el medio ambiente. Y, paradójicamente, también serían una amenaza las numerosas reuniones internacionales convocadas para debatir el cambio climático y sus probables efectos.
Gustavo Volmar