¿“Keto” durante el embarazo o lactancia?

Dra. Erika Pérez Lara

Nos encontramos ante una tendencia mundial con grandes impactos a nivel sanitario y comercial. Una dieta cetogénica o “keto” carece de evidencia científica para ser colocada como patrón nutricional ideal en el control de enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetes o la hipercolesterolemia. Van a continuar argumentando con estudios de muy pobre población estadística o simplemente insignificantes para cambiar el comportamiento médico (estudios en ratones, una muestra de estudio de noventa a cien personas, libros de autores con experiencias propias o el criterio personal de quien argumenta). Así que, cuando nos mencionen cuándo está indicada la dieta cetogénica, ya sabremos bajo qué criterios se fundamentan. Esto lógicamente, fuera de situaciones como la epilepsia, el alhzeimer y otras de índole cognitiva donde hay beneficios por su uso.

Esto no es lo más importante, sino cuando, por falta de información, puede tener un alcance con consecuencias fatales e irreversibles como es el caso del embarazo o la lactancia.

Como se ha mencionado antes, hay poca literatura científica que soporte el patrón de dieta cetogénica, pero en el embarazo, es más reducido el campo de estudio. Un estudio por Sussman y colaboradores (2013) sugirieron que el efecto de una dieta cetogénica en el embarazo, podría producir consecuencias como la alteración en el desarrollo y función de algunos órganos del feto y cambios en el comportamiento del bebé. Otros estudios hablan de alteración en el crecimiento craneal y otros problemas en el desarrollo muy similares a una madre en desnutrición.

¿Y en la madre lactante, tenemos algún riesgo? Podríamos encontrar algunos reportes de casos médicos donde madres que han iniciado una dieta cetogénica (baja en hidratos de carbono, alta en grasas, moderada en proteínas) han mostrado trastornos como una “cetoacidosis” (Von Geijer, 2015 y Nnodum, 2019). Esto es una condición crítica de alto riesgo de mortalidad que ocurre en casos de diabetes mellitus descontrolada, hambruna, ingesta de alcohol o fallo renal, que en el caso de la madre lactante puede ocurrir por la mayor demanda metabólica secundario a la producción de leche materna.

Otro estudio (en animales) sugiere que en la lactancia podríamos ver anormalidades en el desarrollo pulmonar del bebé, acumulación de grasa en las células secretoras de leche y por tanto disminución en la producción de leche. De forma interesante, también se mostró bajo peso en la curva de seguimiento del lactante. (Mendes Da Silva, 2013)

¿Cuál es el principal mensaje para la embarazada o madre en lactancia?

Si durante el embarazo o lactancia les preocupa el peso corporal, de manera que esto pudiera hasta influenciar en una depresión durante en el embarazo o post parto, deben ser instruidas adecuadamente sobre cómo conseguir resultados sostenibles y que de forma importante, no impacten negativamente en el desarrollo del bebé. La alimentación saludable debe reflejar un óptimo estado de bienestar físico, emocional y cognitivo, tanto para la madre como para el futuro bebé.