Diario Libre (Republica Dominicana)
Juicios variables
En la ciencia económica ocupa un lugar destacado el análisis de cómo los individuos, familias, empresas y gobiernos toman sus decisiones. Presumidas en el pasado como enteramente lógicas, se admite ahora que esas decisiones contienen elementos de aparente irracionalidad. El avance tecnológico y el desarrollo de las comunicaciones ayudan a que sean correctas al aumentar la información disponible, pero por otro lado contribuyen a que criterios falsos se difundan y motiven decisiones erradas.
También ocurre que los conceptos que deben servir de base para las decisiones están sujetos a modificación. Un caso que todos conocemos es el de las propiedades y efectos de los alimentos. Productos que años atrás se recomendaba evitar por ser considerados dañinos, son hoy en día descritos como muy saludables y útiles para combatir muchas dolencias y achaques. Y lo opuesto sucede con alimentos que otrora eran parte de la dieta promovida por expertos en nutrición, y que están actualmente clasificados como perjudiciales.
Otro ejemplo se da en el terreno de los medicamentos. Con frecuencia surgen casos de medicinas que por causa de sus efectos secundarios son retiradas del mercado o puestas bajo restricciones estrictas. E igual pasa con los tratamientos y procedimientos terapéuticos.
Un episodio muy reciente ha tenido lugar respecto de la desalinización del agua de mar. Practicada comúnmente en el Oriente Medio y unas cuantas localidades más, las plantas de desalinización ayudan a mitigar la escasez de agua potable en zonas desérticas, de escasas lluvias o carentes de suficientes cursos de agua. Su número se estima en 19,000 a nivel mundial y un estudio de las Naciones Unidas publicado en enero les atribuye contaminar el ambiente con desechos tóxicos altamente salinos que contienen cobre y cloro. Por cada galón de agua fresca, se genera un galón y medio de esos desechos.
Los juicios acerca de lo que es bueno o malo suelen ser variables.