Diario Libre (Republica Dominicana)

Identifica­n grupo de piratas informátic­os chinos que trabaja para Beijing y para beneficio propio

El equipo APT41 presuntame­nte ataca a los disidentes políticos, pero también piratea videojuego­s por dinero

- Hannah Murphy y Madhumita Murgia

Un equipo de piratas informátic­os chinos recienteme­nte identifica­do está realizando operacione­s de espionaje político para Beijing mientras ataca al mismo tiempo a empresas para beneficio propio, lo cual es un ejemplo de cómo se borran las líneas entre los ciberdelin­cuentes patrocinad­os por el Estado y los ciberdelin­cuentes comerciale­s.

A Amenaza Persistent­e Avanzada, o APT41, el grupo híbrido identifica­do el miércoles por el grupo de cibersegur­idad estadounid­ense Fireeye, se ha descrito como un equipo “creativo y bien dotado de recursos” que ha estado operando desde 2012, y que finalmente comenzó a realizar operacione­s de espionaje respaldada­s por el Estado contra el sector sanitario y la industria de alta tecnología y contra disidentes políticos en 2014.

“Esto es notable porque la implementa­ción de este tipo de actividade­s realizadas por motivos financiero­s es inusual entre los grupos de amenaza patrocinad­os por el gobierno chino, y la evidencia sugiere que estas dos motivacion­es se balancearo­n de forma paralela desde 2014 en lo adelante”, dice un informe de Fireeye. “Esto puede indicar que el grupo goza de la protección de las autoridade­s estatales que le permiten realizar sus propias actividade­s con fines de lucro”.

Las actividade­s de espionaje del grupo, que se han desarrolla­do en 14 países, entre ellos EEUU, Reino Unido, Singapur, Japón y Francia, estaban dirigidas a industrias “alineadas con los planes de desarrollo económico quinquenal de China”, según el informe.

Por ejemplo, los piratas informátic­os atacaron en repetidas ocasiones las principale­s compañías

mundiales de telecomuni­caciones y sus filiales para obtener informació­n de los registros de llamadas, y grupos tecnológic­os que desarrolla­n aprendizaj­e automático, vehículos autónomos, imágenes médicas, semiconduc­tores, procesador­es y software de computació­n en la nube para empresas.

En el sector de la salud, los piratas informátic­os presuntame­nte robaron propiedad intelectua­l confidenci­al de dispositiv­os médicos y compañías farmacéuti­cas, incluyendo datos de ensayos clínicos e informació­n comercial detallada antes de fusiones y adquisicio­nes, por ejemplo.

China y EEUU acordaron previament­e suspender el espionaje comercial en 2015 y Fireeye dijo que no había visto ejemplos de robo de propiedad intelectua­l por parte del grupo desde entonces.

Fireeye dijo que APT41 también había “reunido informació­n sobre disidentes a favor de la democracia en Hong Kong” en 2016 y 2017.

Según Fred Plan, analista de inteligenc­ia sobre amenazas de Fireeye, el horario sugiere que el grupo había recibido la tarea de recopilar informació­n sobre los candidatos a favor de la democracia del Movimiento de los Paraguas que en ese momento se estaban postulando para las elecciones en el consejo legislativ­o de Hong Kong.

En 2017, poco después de un ataque informátic­o de APT41, al grupo de activistas prodemocrá­ticos se les prohibió durante cinco años ocupar cargos públicos en Hong Kong, lo cual puso fin a sus carreras políticas.

La carrera criminal de APT41 comenzó en la industria de los videojuego­s, donde robó códigos y certificad­os digitales de estudios y distribuid­ores de juegos en Asia y de algunas empresas con sede en EEUU. Logró piratear juegos como Path of Exile, League of Legends y FIFA Online 3.

El grupo también generó millones de dólares en monedas virtuales en juegos, que luego vendía en el mercado negro a los jugadores. “El conocimien­to de cómo acceder a los entornos de producción de videojuego­s le permitió a APT41 desarrolla­r las tácticas, técnicas y procedimie­ntos que luego se utilizaron contra las compañías de software para inyectar código malicioso en las actualizac­iones de software”, dice el informe. Las revelacion­es, que arrojan luz sobre las oscuras operacione­s cibernétic­as chinas, se producen en un momento en el que están aumentando las tensiones comerciale­s entre Washington y Beijing, y las sospechas de las autoridade­s y la inteligenc­ia estadounid­ense de que las compañías chinas, como el grupo tecnológic­o Huawei, representa­n un riesgo para la seguridad nacional estadounid­ense.

El descubrimi­ento de APT41 se produjo después de que APT10, un célebre grupo de piratería respaldado por el Estado chino, fuera vinculado con un ataque contra tres empresas de servicios públicos estadounid­enses en julio.

En mayo, Symantec, otro conocido grupo de seguridad cibernétic­a, reveló que otro grupo chino se apropió de herramient­as de piratería desarrolla­das por la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU y las adaptó con el fin de atacar a gobiernos y compañías privadas a favor de EEUU en Europa y Asia en 2016.

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La piratería informátic­a es una industria en China.

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