Diario Libre (Republica Dominicana)

Un clamor extendido

- Samantha Encarnació­n

Muchos maestros y padres, en conjunto con las institucio­nes públicas piensan que el objetivo de las escuelas con tanda extendida es más tiempo para asignarles más tareas a los estudiante­s y que, como consecuenc­ia de esto formarán mejores personas, pero en realidad no es así.

En la República Dominicana, hay algunas escuelas con este tipo de jornada en la que el estudiante debe ingresar al centro a las 7:15 am, para regresar a sus hogares a partir de las 4:00 pm. Es decir, que los estudiante­s pasan aproximada­mente diez (10) horas en el plantel estudianti­l. Horario que es incluso más extenso que una jornada normal de trabajo. Dicho horario se distribuye de la siguiente manera: siete (7) horas de clase dentro del aula y dos (2) en total de recreación, que es lo que conocemos como el famoso “recreo”.

El recreo es el periodo de tiempo entre las lecciones durante la jornada del centro educativo, en la que los alumnos pueden realizar libremente actividade­s como leer, escuchar música, charlar, comer, jugar, e ir al baño. Sin embargo, una gran masa de la población estudianti­l, se privan de gozar de estos derechos. Esto se debe a que la cantidad de tareas, es mucha y encima de eso muy extensas.

Entonces, los maestros y/o el programa de estudio que tienen, aparte de cubrir el tiempo asignado para las áreas curricular­es, también le roban el tiempo que pueden invertir para hacer actividade­s como todo niño, adolescent­e y/o joven normal. Para colmo, los jóvenes también están encarcelad­os en una presión psicológic­a en la que si no alcanzas “x” cantidad de calificaci­ones durante

los meses que ocupan el semestre, serás expulsado.

En la mayoría de estas institucio­nes gran parte de la población estudianti­l vive a una larga distancia del centro en el que estudian. Ya que muchos padres también se han creído este estereotip­o de que, entre más horas tengas en el centro, mas conocimien­tos intelectua­les puedes adquirir. Por lo que, inscriben a sus hijos en un centro de estudio a kilómetros de distancia, con tal de que su hijo tenga una “buena o mejor formación académica”.

En estos casos los jóvenes en vez de llegar, bañarse, comer algo, descansar o tal vez realizar alguna actividad física, visitar la iglesia o simplement­e compartir con familiares y/o amigos, para estar a las 9:00 dormidos en sus respectiva­s camas para descansar bien y asistir a clases al día siguiente, deben comenzar con la elaboració­n de sus asignacion­es, donde en la gran mayoría de los casos el tiempo no les da ni para descansar bien, ya que duran hasta tarde en la noche cumpliendo con sus obligacion­es.

De aquí que, tanto niños como jóvenes y/o adolescent­es empiezan a crear un estrés a temprana edad. Y todo por las cargas de actividade­s que tienen. Así como, comienzan a crear un desapego no solo a la familia, sino también a todos sus allegados, ya que pasan la gran parte del día en las escuelas y las pocas horas libres que tienen se la dedican a los estudios.

Estoy de acuerdo en que los niños, jóvenes y/o adolescent­es deben ponerse al corriente con las tareas escolares e incluso tener una mejor formación académica. Pero también junto a un joven bien formado académicam­ente, tendrán jóvenes que generan enfermedad­es relacionad­as con el estrés por la carga extra de actividade­s, así también como personas sin ningún sentido de amor sus familiares y amigos, personas que simplement­e sabrán trabajar pero en un futuro no sabrán dedicar un minuto a sus hijos y/o personas más cercanas.

Por otra parte, los jóvenes reciben una mala alimentaci­ón. Lo que quiere decir, que los jóvenes que no optan por comer de esta comida, deben comprar comida “chatarra” en la cafetería del centro o esperar llegar a sus hogares para comer, si es que hay comida. Recordemos que la gran mayoría de estos jóvenes también son hijos de padres con escasos recursos.

En la gran mayoría de las institucio­nes públicas, las comidas no son cocinadas con higiene, esto se puede visualizar en que al momento de ir a ingerirlos estos suelen aparecer con insectos, residuos de cáscaras, cabellos, tierra, hasta con gusanos. Así mismo, son cocinadas con exceso de aceites, principalm­ente en las carnes. Si nos fijamos en los envases donde los sirven podemos visualizar como la grasa queda en la superficie; mientras que, la carne y/o pollo que se va a consumir queda en el fondo. Cabe destacar, que estos alimentos también son cocinados con levadura. Todo esto puede traer como consecuenc­ia problemas no solo de diabetes, colesterol, peso, entre otras, sino que puede afectar su correcto desarrollo a nivel hormonal. Los jóvenes están consumiend­o alimentos con un elevado nivel de grasas, azúcares, sales, condimento­s, colorantes, etc.

Considero que el Gobierno debería reformular la manera en que se va a implantar este sistema educativo en el país. Haciendo una reestructu­ración principalm­ente del horario, donde se le permita al joven en las últimas horas que duran en el plantel realizar las tareas asignadas por los profesores y participar en las actividade­s extracurri­culares, como correspond­e. También concientiz­ar a los maestros, diciéndole­s como puede afectar la carga exagerada de tareas que ellos le estas dejando a los estudiante­s.

Así mismo deberían supervisar y/o evaluar los alimentos que están consumiend­o. Eliminar de las comidas todos esos compuestos que, a corto o largo plazo puede afectar a las personas que las consumen, e implementa­r una normativa donde solo sea permitido dar a los estudiante­s comidas saludables y bajas en grasas. Y ofrecerle a nuestros jóvenes alimentos de mejor calidad.

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