Diario Libre (Republica Dominicana)
Castro devela intimidades de la guerra restauradora
La Academia de la Historia conmemoró el 156 aniversario de la Restauración
SANTO DOMINGO. En una sesión solemne realizada por la Academia Dominicana de la Historia, el doctor Santiago Castro Ventura narró intimidades de la guerra restauradora y cómo se vivió el acontecimiento histórico en Santo Domingo, del que se conmemora el 156 aniversario.
Mientras pronunciaba la conferencia “La provincia de Santo Domingo también fue escenario de la guerra restauradora”, el académico de número relató que los mismos españoles narraban las tácticas de los rebeldes de mantenerlos en zozobra, principalmente en horas de la noche para no dejarlos dormir y, al día siguiente aletargados, no lograran mantenerse alertas ante alguna escaramuza.
“El general anexionista Juan Suero en febrero reiteraba que en la zona del río Ozama hasta La Barquita Santa Cruz estaba operando un comando dominicano. Refería que las viviendas de los rebeldes fueron arrasadas por sus tropas. La soldadesca en sus actividades de contrainsurgencia no respetaba los hogares de los ciudadanos comunes y de inmediato le aplicaban el mote de ‘sublevados’”, enfatizó.
Explicó, en la charla dictada en la Capilla de la Soledad, que la provincia de Santo Domingo fue convertida en el eje central de las tropas españolas y que desde esta localidad se dirigían los operativos terrestres y marítimos en principio para ocupar todo el territorio nacional y luego para tratar de contener la irreversible marejada insurrecta.
“Tras el estallido revolucionario de Capotillo el 16 de agosto de 1863 ante el poderío colonial congregado en la zona metropolitana, los insurgentes en toda la periferia de la provincia desarrollaron escaramuzas relámpagos que perseguían y lograron obligar al enemigo a mantener un enorme despliegue de tropas y material bélico en la capital para evitar la toma de la ciudad. Creando la sensación de un gran asalto al centro de la ciudad, los rebeldes distraían tropas coloniales que no podían ser enviadas a hostilizar los muy importantes frentes patrióticos del interior”, puntualizó.
Además, el historiador expresó que la rebelión alcanzó el grado supremo de guerra prolongada, en atención al objetivo estratégico de promover el desgaste del ejército de ocupación.