Diario Libre (Republica Dominicana)

Negocio tras las rejas

No sólo las prisiones en sí pueden ser manejadas por empresas privadas, sino que también pueden serlo los prisionero­s

- Gvolmar@diariolibr­e.com

Gustavo Volmar

La privatizac­ión parece no tener límites. Desde carreteras hasta vuelos espaciales, el sector privado en numerosos países se ha hecho cargo, por un precio, de operacione­s antes llevadas a cabo por los gobiernos. Eso incluye también hospitales, escuelas, vigilancia, mantenimie­nto, recogida de basura, reforestac­ión, conservaci­ón de monumentos, iluminació­n, energía y redes de comunicaci­ones. E incluye además las cárceles.

En cuanto a éstas últimas, no sólo las prisiones en sí pueden ser manejadas por empresas privadas, sino que también pueden serlo los prisionero­s. Dentro de los conceptos de rehabilita­ción en boga hoy en día, se considera recomendab­le que los reclusos se involucren en labores productiva­s. Se indica que ello contribuye a incrementa­r su autoestima, les da destrezas que podrán utilizar más adelante, y aligeran el costo neto de su permanenci­a tras las rejas. Una modalidad efectiva empleada con ese propósito es que compañías privadas suplan los equipos, materiales y demás componente­s del proceso produc

tivo, paguen un salario a los prisionero­s, y se encarguen del mercadeo, distribuci­ón y venta de los artículos fabricados.

Pero ocurre que el salario no se compara con el que se paga fuera de los muros del recinto carcelario. En los EEUU, donde puede ser tan bajo como 25 centavos de dólar la hora, organismos defensores de los derechos humanos califican el mecanismo como una forma de explotació­n de una fuerza laboral cautiva. No hay huelgas ni vacaciones, ni hay que buscarles alojamient­o ni guarderías infantiles.

El negocio parece ir viento en popa. Con dos millones de reclusos sólo en los EEUU, un récord histórico equivalent­e a una cuarta parte del total mundial, la mano de obra no falta. Debido a que las prisiones participan del negocio, hay quienes lo consideran un incentivo para encarcelar a más personas, y mantenerla­s en prisión por más tiempo. Esta acusación, sin embargo, no ha sido demostrada de modo concluyent­e.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic