Diario Libre (Republica Dominicana)

Guayubín Olivo, ícono del pitcheo criollo y único árbitro que conectó H4

- Bienvenido Rojas

SANTO DOMINGO. De Guayubín Olivo se podrían escribir cientos de historias de diferentes facetas de su vida, como pelotero y también como amante de las lidias de gallos.

Sin embargo, este capítulo que trato de su carrera es interesant­e, ya que es el único árbitro de béisbol que ha conectado un jonrón con las bases llenas.

Este hecho aconteció en la Liga Mexicana en 1959. Luego de actuar con los Cubans Sugar Kings, Olivo se incorporó a la pelota azteca con el equipo Poza Rica, conjunto que tenía dinamita en los bates de Elías Osorio, Aldo Salvent, Lotario Rodríguez, Asdrúbal Baró y cuando lanzaban Guayubín o Roberto Vargas, los Petroleros tenían más ofensiva todavía. Monterrey se medía a Poza Rica para una serie de tres partidos. Al comenzar el primer juego, sólo había llegado un árbitro de los asignados y a la hora de cantar ¡play ball!, los dos mánagers acordaron situar provisiona­lmente a dos jugadores.

El juego comenzó sin dificultad­es y las decisiones de los peloteros enganchado­s a árbitros llamaba la atención por la soltura como marcaban las decisiones. Monterrey, club visitante se fue arriba por dos carreras. Llegó el noveno y Poza Rica llenó las bases con dos outs y un débil bateador le tocaba agotar lo que podría ser el out 27, lo que motivó que el mánager convocara al árbitro oficial, el de verdad, y le dijo que iba a sustituir al árbitro de segunda base pues necesitaba usarlo como emergente. Como no había reglamenta­ción de que este movimiento no se podía hacer, el mánager del club visitante no se opuso y fue entonces cuando bate en manos Guayubín Olivo se acercó al pentágono, luego de haber actuado durante ocho innings como árbitro de la segunda base. Olivo en su rol de emergente llevó el conteo a dos bolas y dos strikes y al siguiente pitcheo fletó una línea descomunal por el prado derecho que se llevó la verja, anotándose jonrón con las bases.

Al día siguiente, la reseña del juego y el box score consignaba que Guayubín Olivo había bateado de 11, jonrón, con 4 remolcadas y en el resumen final figuraba su nombre como árbitro. Este hecho se conoce en México como "el umpire que conectó un gran slam".

Juego sin hits: El sábado 29 de mayo de 1954, Olivo, “La Montaña Noroestana” de los Tigres del Licey, lanzó un juego sin hit y sin carreras contra los Leones del Escogido, a quienes venció 3x0 en el Estadio Trujillo.

Las tres carreras de los felinos las remolcó el receptor Valmy Thomas.

Dos semanas antes, Guayubín le había roto con un sencillo, en rol de emergente, un juego similar que tejía el derecho estadounid­ense Johnny Wright, de las Águilas Cibaeñas Hechos memorables: En 1947, en los terrenos del Hipódromo Perla Antillana, Guayubín dejó en cero hit y cero carreras a los Tigres del Licey, lanzando esta vez para los Leones del Escogido.

En 1946, formó parte del selecciona­do nacional de béisbol que obtuvo la medalla de plata en los Juegos Centroamer­icanos y del Caribe celebrados en Barranquil­la, Colombia.

Último juego: El 13 de febrero de 1964, Guayubín, el Cy Young del pitcheo en la pelota nuestra, con su número 9 en la espalda, subió por última vez a la colina de los sustos del estadio Quisqueya, dejando registros imposibles de romper, como son las 86 victorias de por vida, 13 blanqueada­s, 70 juegos completos y 742 ponches. Es el símbolo del pitcheo, un orgullo nacional.

En Grandes Ligas: El 5 de septiembre de 1960, a las 3:20 p.m., Guayubín Olivo subió por primera vez a un montículo de Grandes Ligas, en el Forbes Field, con los Piratas de Pittsburgh, entró en el cuarto episodio para sustituir a Havey Haddix (El Conejo), y enfrentó a los Bravos de Milwaukee.

El primer bateador que desafió en el cuarto fue al lanzador Bob Buhl, que lo convirtió en el primer pitcher zurdo dominicano en debutar en las Grandes Ligas, y lo hizo a la edad de 42 años. Cerró su primera salida enfrentand­o a 8 bateadores, 2 innings, un hit, cero carreras, 2 bases y un ponche. El encuentro terminó con pizarra de 7 carreras por una a favor de los Bravos de Milwaukee, ganando Bob Buhl (14-8) y perdió Haddix (10-9).

Olivo fue el sexto dominicano en pisar un diamante de liga grande, vistiendo los uniformes en 1960 y 1962 con Pittsburgh y en 1963 con los Cardenales de San Luis. 

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FUENTE EXTERNA Guayubín Olivo, por sus méritos está en un lugar especial.

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