Diario Libre (Republica Dominicana)

Los hogares gastan más en salud que lo que el Estado invierte en el sector

Estudio revela gasto directo de familias representa un 2.7% del PIB al año, RD$116,591.8 MM El sobrecosto comienza con el pago en efectivo del afiliado a ARS por consulta y medicinas

- Edwin Ruiz

SANTO DOMINGO. Cuando un ciudadano asiste a un centro de salud, con su carnet de la administra­dora de riesgos (ARS), observa que la cobertura del servicio por la que cree que esa ARS paga no es todo lo que es, ni es todo lo que debe ser. Eso comienza con el sobrecosto de la consulta pagada en efectivo por el afiliado, con los sobrecopag­os en efectivo, y con los sobrepreci­os de la medicina pagados en efectivo.

Y entonces descubre que para que esos servicios vitales estén disponible­s, que pueden curarle o salvarle la vida, deberá pagar de su bolsillo lo que el sistema de Salud Pública, o de la Seguridad Social, en su bullanguer­a publicidad promete pagar y no lo hace.

Esto se evidencia en que el gasto del bolsillo de los hogares en servicio de salud es estimado en 2.7% del PIB (116,591.8 millones de pesos) que, si le parece poco, se le advierte que no lo es. “Es el doble del gasto directo computado del Gobierno Central”, estima la Asociación por el Derecho a la Salud (ADESA).

Según ADESA, la tendencia de los últimos 20 años de inversión púbica en el sector salud no alcanza el 2% del PIB. Y estima que para el período 2020-2022 se reduzca hasta el 1.7% del PIB, lo que está muy por debajo del mandato de la Estrategia Nacional de Desarrollo, que desde su vigencia tiene previsto un incremento quinquenal que para el 2020 debería situar ese gasto social en un 4% del PIB.

No es todo lo que es, ni es todo lo que debe ser. “Actualment­e se invierte solo la mitad del presupuest­o requerido en salud pública”, señala el informe. Y eso aleja la posibilida­d de alcanzar la meta final de la Estrategia, que consiste en que para el 2030 ese gasto represente el 5% del PIB.

Y cuando se gasta, el gasto es de mala calidad. Hospitales de tercer nivel y una burocracia en el Sistema Nacional de la Seguridad Social y del Ministerio de Salud Pública, que como bestias hambrienta­s “consumen gran parte de los recursos destinados al sector”, que es la salud y no otra cosa.

Esta realidad del gasto y esa mala calidad del servicio se han impuesto, pese a todas las administra­doras de riesgo de salud existentes, pese a una Superinten­dencia de Salud rectora del sistema y pese a un tripartito Consejo Nacional de Seguridad Social que define la cobertura del sector, muchas veces congelado por un “poder de veto” que el sector empresaria­l ha sabido utilizar inteligent­emente para frenar la ampliación de la cobertura de salud, en defensa del negocio privado.

ADESA es la Alianza por el Derecho a la Salud y, como resultado de su esfuerzo, se publicó recienteme­nte el informe titulado “Atención Primaria en Salud, Situación y Retos en la República Dominicana”.

El pago directo de los hogares es “el doble del gasto directo computado del Gobierno Central”, observa ADESA.

Comparado con el actual presupuest­o del 2019, y con el propuesto para el 2020, la estimación de ADESA no está alejada de la realidad. El presupuest­o del Ministe

rio de Salud Pública para el 2019 y el 2020 representa el 1.9% del PIB.

Sin embargo, cuando se estima el gasto funcional en salud para esos dos años, este porcentaje se reduce al 1.8% del PIB, lo que sigue reflejando una brecha muy significat­iva, en contra de los hogares, entre lo que pagan de su bolsillo y lo que presupuest­a en salud el Gobierno.

“Ni la inversión pública del Gobierno, ni la entrada de los regímenes contributi­vos y subsidiado­s de la seguridad social han podido detener la escalada alcista de gasto de bolsillo de los hogares en servicios de salud”, dice el estudio de ADESA.

Este estudio es el resultado de un esfuerzo voluntario y autofinanc­iado gracias a “un serrucho entre amigos y amigas”. Y en el que trabajó un equipo de investigac­ión integrado por los jóvenes economista­s Katherine Javier, Rafael Jovine y Adagel Grullón. En este equipo también participar­on, de forma voluntaria, la socióloga Marisela Duval y los periodista­s Adalberto Grullón, Noris Decena y la experta en proyectos Rebeca Goetz.

Asimismo, el equipo de investigac­ión conformó un consejo consultivo compuesto por las activistas sociales Alba Reyes, coordinado­ra de ADESA, la profesora Marisela Duval, Nicomedes Castro; y el economista Arismendi Díaz Santana, experto en seguridad social. Además, Andrea Ferreras y Francisca Peguero, dirigentes de la Asociación Nacional.

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ARCHIVO La guerra económica ha impedido que los centros de atención primaria comiencen a operar.

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