Y llegó Sophia

Sophia es un robot, así que los que tengan problemas de Inteligencia Artificial o interferencias personales, profesionales o electorales en la Matrix pueden acercarse a conocerla.

Será la estrella de Clarotech, anunciado como el evento tecnológico más grande del país y con un cartel de expertos que, como pocos, despiertan mucha curiosidad. Tratarán de explicar, a los que no se han enterado, que hay otro mundo y que ya está aquí. No es el futuro ni hay manera de esconderse o escaparse.

Ciudades inteligentes para recuperar la calidad de vida perdida en tapones y ruidos. El poder de la tecnología y su impacto en nuestra vida diaria. El futuro en los medios de pago, en la movilidad urbana. Robótica, inteligencia artificial. Gobiernos súper inteligentes. Salud, entretenimiento, información... Y Sophia, una robot creada para interactuar con los humanos y primer ¿artefacto? ¿Humanoide? ¿Robot a secas? ¿Robota? con nacionalidad. Se hizo saudí en 2015.

La tecnología, se suponía, rompería barreras y haría sociedades más igualitarias. Se hablaba de la brecha digital como la última frontera, la que una vez conquistada, garantizaría la equidad. En esas estamos, en tratar de que la velocidad de la innovación nos nos atropelle.

El miedo a que los robots eliminen los puestos de trabajo, a la obsolescencia programada, a que los que no se “monten” a la rapidez necesaria se queden descolgados... todo eso es real. También es la fascinación por los descubrimentos científicos, los avances de la medicina, las comodidadess de una tecnología cada vez más disponible. La velocidad de la comunicación, el mundo a un click...

En ese conflicto vivimos. Son tiempos apasionantes.