Diario Libre (Republica Dominicana)
El difícil arte de hacer reír desde un escenario.
● Lo políticamente correcto los obliga a reinventarse ● Stand up comedy les da libertad
SANTO DOMINGO. Para muchos resulta normal reírse de un chiste de borrachos, pero ya no es aceptado hacer chistes de una persona obesa o con alguna discapacidad física. El humor que hacían las pasadas generaciones de comediantes como Cantinflas, Roberto Gómez Bolaños (El chavo), Milton Peláez o Freddy Veras Goico era uno que no tenía restricciones. Sin embargo, alguna de las comedias más hilarantes de la historia si hoy son analizadas podrían ser calificadas como racista, homofóbicas o discriminatorias, esto porque ya existen temas con los que no se relaja.
Recientemente el humorista mexicano Eugenio Delvez, afirmó que tiene que andar con mucho cuidado a la hora de hacer cualquier tipo de chistes, debido a que, según él, vivimos en una sociedad que se ofende con todo. “Me siento como caminando sobre cartones de huevos, porque cada chiste que dices es a ver a quién ofendo. Es complicado, la comedia ahora se ha vuelto muy complicada”, se lamentó.
Algo similar nos confesó el comediante venezolano Marko, quien a raíz de múltiples críticas tuvo que renovar su forma de hacer comedia. “Yo tuve que aprender a manejarme y diferenciar lo que puede ser ofensivo, lo que puede llegar a herir a un sector de la sociedad y lo evito. Hay que pensarlo con cuidado. Hacer reír ahora es bastante complicado. La gente está muy susceptible, pero lo hacemos”.
Para el humorista Carlos Sánchez definir lo que está permitido decir en la comedia actualmente es algo que preocupa mucho a los humoristas. “Es un tema delicado, la gente se ofende mucho. Pero es peor estar vigilando lo que dices, eso es anti comedia”.
Sánchez entiende que existe una línea muy fina en la que tienen que aprender a transitar los humoristas. “Uno tiene que tener tacto, porque en la comedia básicamente debes tener buena educación”.
El Naguero es otro de los comediantes de la nueva generación que le preocupa la extremada sensibilidad del público. Para este comediante, el formato de Stand up comedy le permite más libertad de expresión frente a la TV. “La verdad es que se ha tornado un tanto difícil, en especial para los que nos toca hacer humor televisivo en horarios familiares. Temas como la inclusión, el feminismo, la violencia, han hecho que uno tenga que reformar la estructura de lo que se hace y dice en el humor. Por suerte, nos hemos refugiado en el stand up, donde nos burlamos de nosotros mismos, y donde podemos ser protagonistas de nuestras propias historia y bajo ese hilo, tejemos las rutinas”.
Mientras que para el comediante Fernando Pucheo, hacer humor en esta época requiere ajustes. “Ahora es muy difícil. Una de mis estrategias es iniciar el show burlando de mí, eso me da una especie de licencia. Esta generación tiene referencias diferentes y hasta unos códigos de comunicación distintos. Fíjate que hasta con el Chavo, si lo ves ahora te darás cuenta que está lleno de chistes de bullying, clasísmo, pero uno no lo veía mal en esa época”.
La vieja escuela
Para el experimentado comediante Cuquín Victoria las nuevas generaciones deben adaptar su lenguaje, sin embargo, no considera que ahora sea más difícil. “Los comediantes de este momento tienen más libertad, en especial en la televisión. Antes existía mucha restricción con temas religiosos, símbolos patrios, ni mucho menos se podía usar las palabras que se usan hoy. Nunca hice humor que ofendiera a nadie, pero en verdad sí había más flexibilidad”. De igual manera opina Noel Ventura, conocido por su personaje “La pasante”. “Para mí no es tan difícil. Como comediante sé que hay temas con los cuales no se deben relajar. Temas que para el dominicano todavía despierta su sensibilidad. Pero también creo que depende de cómo se trate el tema”.
“Ahora con la influencia de las redes sociales, cualquier cosa que uno diga va a encontrar alguien que opine lo contrario”
Cuquín Victoria Comediante