Diario Libre (Republica Dominicana)
Una escuela asaltada por el temor y la inseguridad
Personas ajenas entran al plantel y hacen amenazas
SANTO DOMINGO. Las mujeres bajan la voz cuando van a referirse a la inseguridad y piden encarecidamente que no les vayan a publicar sus nombres. Son profesoras de la escuela María Muñoz Soriano, ubicada en Ponce, Los Guaricanos, en Santo Domingo Norte, donde la inseguridad acecha y se pasea constantemente en los pasillos y el patio del plantel.
Una de las maestras cuenta que, constantemente, jóvenes del sector, algunos de ellos exalumnos de la escuela, saltan la verja perimetral y entran en actitud amenazante. Les han robado y les insultan.
El portero del plantel también dice que ha sido amenazado por no permitir la entrada a personas no autorizadas. “Me dicen que no me meta con ellos, que ya sabré lo que me va a pasar. Yo pensé una vez hasta en buscar un arma para defenderme, pero lo pensé mejor. No quiero buscarme líos. Lo que quiero es irme de aquí a un lugar más tranquilo”, comenta.
En medio del temor que dicen sentir, piden la asignación de una policía escolar, pues aunque les han asignado un agente en dos ocasiones, se lo quitaron por razones que la mayoría ignora.
Los que entran a la Muñoz Soriano tienen diferentes razones. Algunos llegan cerca de la hora en que se sirven los alimentos del almuerzo escolar con fines de conseguir algunas raciones. Otros solo se quedan en los pasillos a conversar con algún estudiante, pero en ocasiones se tornan violentos y los agreden.
“A veces uno está dando clases sentado frente a los estudiantes y de repente tú tienes a uno de esos muchachos detrás de ti. Si uno le dice algo, que se vayan, entonces te insultan y te amenazan. Y te dicen que, si tú llamas a la Policía, no los podrán atrapar, pues no los encontrarán cuando lleguen”, dice una de las mujeres.
En una ocasión, una de las profesoras llamó a la Policía porque unos chicos no querían salir del plantel. A la hora de la salida, encontró su vehículo con las cuatro gomas vacías.
Uno de los episodios más recientes ocurrió hace apenas una semana. Un chico molesto por las cosas que alguien le vociferó desde el interior del plantel, decidió lanzarles piedras a las aulas. No hubo lesionados.
Durante las vacaciones del pasado año escolar (junio-agosto 2019) al plantel entraron desaprensivos y rompieron puertas y se llevaron varios artículos.
“A mí me llevaron una neverita, un abanico, 2 radios, papel, crayones y marcadores”, detalla una de las maestras del área de Inicial, mientras vela el sueño de decenas de pequeñitos acostados sobre sábanas en el piso. Advierte: “No puedes poner mi nombre que uno vive por aquí”.
Era casi mediodía, y en el patio de la escuela dos jóvenes sin uniforme comparten sobre un muro con dos estudiantes que, a su vez, intentan esconderse al ver la presencia de adultos caminando cerca. Minutos más tarde, los dos jóvenes se avistan sobre la pared perimetral cerca del área de Inicial, por donde hay huecos en el muro que facilitan poder subirlo.
Un personal de la escuela indica que todo ese muro tenía alambre de barricada, pero que alguien lo quitó para poder penetrar a la escuela.