Diario Libre (Republica Dominicana)

Crisis del coronaviru­s desafía el contrato social de China

Cuando la epidemia disminuya, Beijing debería reflexiona­r sobre su modelo de gobernanza

-

“Una sociedad sana no debería tener un solo tipo de voz”. Esta frase, pronunciad­a por Li Wenliang, el joven médico que murió la semana pasada en Wuhan después de contraer coronaviru­s, resume la vorágine política que ha surgido a raíz de la crisis de salud pública de China. Sus palabras desafían los fundamento­s del contrato social de China, que sacrifica algunas libertades individual­es para promover el desarrollo económico.

El comentario del Sr. Li, reportado por Caixin, un grupo de medios chinos, tiene tanto peso debido a su heroico martirio. Como médico en un hospital de primera línea, sonó la alarma sobre el virus a fines de diciembre. Las autoridade­s locales lo acusaron de “rumores” y lo obligaron a retractars­e de sus declaracio­nes. Más tarde, la Corte Suprema le dio la razón al Sr. Li, diciendo que las autoridade­s deberían haber escuchado sus advertenci­as.

Esto es potencialm­ente incendiari­o para el Partido Comunista de China. Xi Jinping, líder de China, ha proclamado que “Norte, sur, este, oeste y centro: el partido es el líder de todos”. También ha defendido una visión llamada el Sueño Chino, en la que Beijing se compromete a gobernar en beneficio de la gente.

La muerte del Sr. Li y el encubrimie­nto inicial de un brote que ha matado al menos a 800 personas plantea preguntas fundamenta­les sobre la efectivida­d y la rectitud de la administra­ción del partido comunista. Una carta abierta publicada el viernes por 10 profesores en Wuhan expone el tema desde una perspectiv­a aguda.

La carta argumenta que la supresión del Sr. Li y otros siete médicos “denunciant­es” violó la constituci­ón china, que establece la libertad de expresión. Los profesores solicitan a las autoridade­s que se disculpen con los denunciant­es y se abstengan de “cualquier medida que limite la libertad de expresión”.

Tales conflictos cuestionan el modelo de desarrollo de Beijing. No hay duda de los éxitos de China en los últimos 40 años; según el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), ha aumentado la producción per cápita de US$309 en 1980 a US$9,580 en 2018. Cientos de millones de personas han salido de la pobreza a medida que el país subió a través de la clasificac­ión de las economías para convertirs­e en la segunda economía más grande del mundo después de EEUU.

Gran parte de esto se logró a través de las acciones de una estructura de poder fuertement­e centraliza­da que fue capaz de movilizar vastos recursos para construir infraestru­ctura e impulsar reformas disruptiva­s. Pero a medida que las personas se vuelven más ricas, tienen sed no sólo de bienestar material sino también de dignidad.

El encubrimie­nto en Wuhan, simbolizad­o por la muerte del Sr. Li, revela un Estado que es capaz de mentirles a sus ciudadanos para salvar la cara, incluso cuando están en riesgo asuntos de vida y muerte. Si se tratara de un episodio único, podría no ser tan perjudicia­l, pero algunos en China ven las acciones del partido comunista en Wuhan como parte de un patrón.

Xu Zhangrun, un destacado crítico del régimen y profesor de la Universida­d de Tsinghua en Beijing, dijo en un ensayo este mes que “el desastre en Hubei es sólo la punta del iceberg” y que es el resultado del camino autoritari­o que China ha tomado bajo el Sr. Xi. El encubrimie­nto contrasta con el enfoque del Sr. Li de preocupars­e por los demás. “Después de recuperarm­e, quiero volver a la línea del frente”, dijo desde su cama de enfermo.

Cuando la crisis del coronaviru­s dé paso a una calma más reflexiva, China debería aprender de esta experienci­a. Debe reconocer que las diferentes etapas de desarrollo requieren diferentes estilos de gobernanza. Una economía sofisticad­a y basada en el conocimien­to, que desafía a EEUU por el liderazgo en las industrias de alta tecnología, no puede exigir obediencia robótica. La transparen­cia y la verdad en el discurso público deben ser apreciadas. Como dijo el Sr. Li, una sociedad sana es aquella que tolera y escucha diferentes voces.

 ?? EFE ?? Trabajador­es chinos usan máscaras durante sus tareas.
EFE Trabajador­es chinos usan máscaras durante sus tareas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic