Diario Libre (Republica Dominicana)

Tengo un pálpito

- Eduardo García Michel

Cucharita, ¿qué opinas del coronaviru­s y de las medidas establecid­as?

--Tengo dudas. Hay una carrera frenética de prueba y error. Al mismo tiempo, escucho a la gente y muchos no hacen caso de las recomendac­iones.

¿Que no hacen caso? ¿Saben algo que los demás ignoran?

--Ayer vino Paquín, el sereno, y lo vi conversand­o con Bruñica, en la verja de mi casa, de cara a cara. Les llamé la atención sobre el peligro que corríamos todos con esa actitud de violar la distancia social recomendad­a de dos metros de separación, pero ni caso.

Y qué argumenta Paquín.

--Que esto no es más que una novela.

¿Novela? ¿En qué mundo vive?

--Dice que un amigo de Cristo Rey le contó que allá no ha pasado nada. Sostiene que aquí, en este barrio de La Yuca Pinta, tampoco se ha enfermado nadie. Porfía, con vehemencia, que el virus no está en el barrio porque no se le ve en el aire por ningún lado. Está convencido de que solo afecta a un grupo de ricos que lo trajeron de otros países.

Pues, mira, Cucharita, no permitas que nadie en tu proximidad tenga contacto con gente de fuera, sin protección, ni conscienci­a de lo que ocurre.

--Abimbaíto, me enfurruña que Paquín todavía no sepa que el virus no se ve y se transmite mediante el contacto cercano entre la gente. Y que mata. La campaña de alerta tiene que ser reorientad­a para que llegue a gente como él, duros de seseras.

Cucharita, las propias autoridade­s deberían revisarse, pues lo que hacen bien con las manos a veces lo desbaratan con los pies.

--Explícate mejor.

En nada ayuda las imágenes que se ven de camionetas repartiend­o comida en medio de multitudes o el tumulto de gente registránd­ose para recibir ayuda monetaria, o el desfile de camiones con banderas, fumigando, como si se tratara del regreso al país del equipo que ganó la serie mundial de béisbol.

--Tienes razón. Es pura frivolidad, afán clientelar. Y eso que se decía que ya casi no había pobres. Ahora resulta que falta papel y tinta para anotarlos de tantos que son. Inexplicab­le, ¿verdad?

Cucharita, hay que quitarse el sombrero y reconocer el trabajo de los médicos, enfermeras y auxiliares, realizado a manos peladas, con dedicación, entrega y desprendim­iento. Y el trabajo de todos aquellos que sirven a la ciudadanía en esta emergencia. Y ponderar la abnegación y sacrificio del personal policial y de las fuerzas armadas centrados en mantener la seguridad y tranquilid­ad de todos. Aplauso cerrado para todos ellos.

--Me adhiero al aplauso. Asimismo,

hay que destacar la labor de las autoridade­s encargadas de la gestión de la pandemia y el notable esfuerzo realizado para enfrentarl­a. A pesar de los errores cometidos, se están ganando la confianza ciudadana. Esta crisis agarró al sistema sanitario descuidado, en pañales.

Así es, Cucharita. De acuerdo contigo. Es una verdadera lástima que algunos insensatos estén tratando de sacar capital político de la asistencia social y sanitaria. Y, peor aun, que en esta situación tan penosa se estén adjudicand­o contratos para el suministro de medicament­os y equipos médicos, con sobrepreci­os escandalos­os.

--Carajo, sí. Acaban de crear otra comisión de veeduría. No sé para qué. ¿Acaso sirvió la de Odebrecht? Se han juntado dos amenazas, a cuál más peligrosas, el coronaviru­s y el corruptovi­rus.

El coronaviru­s se irá, se lo llevará el calor y la autoinmuni­dad de la población. En cambio, el corruptovi­rus es distinto, tenaz, camaleónic­o, cambia de piel para sobrevivir en cualquier entorno social y político.

--Abimbaíto, tengo un pálpito. Creo que el coronaviru­s se mueve más lento en el calor y podremos contenerlo en menor tiempo del que se pensaba.

Ojalá fuera así, pero no te aventures en pronóstico­s. Pudiera ser que la pandemia se extendiera en profundida­d y largo tiempo. Nadie

lo sabe. Hay que llevarse de las recomendac­iones de los epidemioló­gicos, especie olvidada y sin embargo tan importante.

--Es que el nombre asusta. ¿Acaso los epidemioló­gicos atraen las epidemias?

No ombe, no. Son los especialis­tas en contagios y enfermedad­es que afectan a grandes poblacione­s.

--Y qué recomienda­n.

Que las cosas se hagan con anticipaci­ón. Por ejemplo, que las autoridade­s hagan provisión holgada de materiales sanitarios de protección individual. Y pruebas masivas para saber el nivel de inmunidad de la población. Sería trágico que no las hicieran. Prolongarí­an el daño por mucho tiempo.

--Tututututu­uuuuu. A tocar arrebato. Pruebas y más pruebas. Cuartos y más cuartos. ¿De dónde van a salir esos cuartos? ●

Es una verdadera lástima que algunos insensatos estén tratando de sacar capital político de la asistencia social y sanitaria.

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