Diario Libre (Republica Dominicana)

Esta recuperaci­ón será más verde que la anterior

No es probable que los impactos económicos de la pandemia minimicen las preocupaci­ones ambientale­s

- Pilita Clark

El viernes pasado fue el Día Mundial del Medio Ambiente. Felicidade­s si te diste cuenta. Incluso en un año normal, este día designado por la ONU puede ser eclipsado por otros eventos.

En este año de pandemia y protestas, tenía pocas probabilid­ades de ser reconocido, lo que suscita una pregunta más amplia: ¿Están a punto de descarrila­rse los enormes esfuerzos para evitar la gran amenaza ambiental del cambio climático?

Cuando la crisis del coronaviru­s se apoderó del mundo por primera vez, yo estaba segura de que esto sucedería. Las únicas cifras que parecían importante­s eran las que aparecían en mi bandeja de entrada todos los días mostrando la última cifra de muertes por Covid-19 y cómo le iba a cada país en la lucha contra el virus. Esas cifras fueron seguidas de cerca por datos que trazaban el número aplastante de pérdidas de empleos y el colapso económico.

Estos siguen siendo signos vitales que se deben monitorear. Pero a medida que han pasado los meses, otro conjunto de datos ha comenzado a acumularse y con el tiempo esos datos formarán una clasificac­ión importante. Mostrarán cuáles países, y empresas, están utilizando esta crisis para profundiza­r el impulso contra los combustibl­es fósiles y cuáles no.

Con al menos US$10 billones en medidas de estímulo anunciadas hasta el momento, algunas entradas en el lado verde del libro mayor ya se están destacando. Como era de esperar, gran parte se han registrado en Europa, la sede de Greta Thunberg y las protestas en contra de los viajes en avión.

Los automóvile­s eléctricos deberían ser más baratos y fáciles de cargar en virtud del plan de recuperaci­ón del sector automotriz de €8 mil millones de Francia. Air France está lista para reducir los vuelos nacionales y reducir sus emisiones generales como condición de su rescate de €7 mil millones. La UE dice que las políticas ecológicas serán fundamenta­les para su plan de recuperaci­ón de €750 mil millones.

Pero Europa no está sola. El dinero de rescate de Canadá para grandes empleadore­s sólo se destinará a empresas que reporten riesgos climáticos a sus negocios, utilizando estándares de divulgació­n que han sido en gran medida voluntario­s hasta ahora. Si esto allana el camino para que esas normas se generalice­n y sean obligatori­as, podría ayudar a transferir miles de millones de dólares de los inversores a empresas y servicios más ecológicos.

En comparació­n, la administra­ción Trump está avanzando con los esfuerzos para revertir las salvaguard­as ambientale­s de EEUU, mientras que la situación en China y muchos otros países es mixta.

Entonces, ¿el mundo terminará pareciéndo­se más a EEUU o Europa? Al menos un presidente ejecutivo prominente cree que incluso Europa terminará suspendien­do la acción climática. “Sospecho que una gran parte de la agenda y los objetivos ambientale­s quedarán en segundo plano durante varios años”, dice Michael O’leary de Ryanair. La gente todavía se preocupará por el medio ambiente, dijo el jefe de la aerolínea en una reciente conferenci­a del Financial Times. Pero les importará más el “desempleo masivo” y el endeudamie­nto del gobierno.

El Sr. O’leary tiene la historia de su lado. Antes de la última recesión mundial hace poco más de una década, él predijo que la recesión cambiaría la atención del medio ambiente al desempleo.

En ese caso, sólo US$1 de cada US$6 se gastó en infraestru­ctura sostenible, dice el ex gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, ahora asesor en la próxima ronda de conversaci­ones climáticas de la ONU.

Esas conversaci­ones en sí mismas apoyan la opinión del Sr. O’leary.

Estaban supuestas a comenzar en Glasgow en noviembre, convirtien­do 2020 en el año en que los países aumentaría­n la presión mutua para reducir las emisiones. La pandemia forzó un retraso del evento hasta noviembre de 2021.

Sin embargo, yo creo que el Sr. O’leary está equivocado acerca de esta crisis. Demasiado ha cambiado desde la última recesión. Los costos de la tecnología verde han caído. Los números de empleos verdes han crecido. Las empresas de energía renovable por sí solas emplearon a 11 millones de personas en todo el mundo a fines de 2018, en comparació­n con 3.5 millones en 2010.

Los países han acordado compensar a los trabajador­es del carbón y otros que pierdan sus empleos en el cambio hacia la energía verde. Todo esto hace que sea mucho más difícil argumentar que la acción climática automática­mente cuesta empleos.

Y muestra por qué aquellos que sí se acordaron del Día Mundial del Medio Ambiente la semana pasada vieron algo más que ha cambiado desde la última crisis. Cientos de compañías hoy respaldan los objetivos netos de emisiones cero que se han multiplica­do desde 2018 o dicen que los gobiernos deberían alinear los planes de recuperaci­ón con esos objetivos. Esa lista incluye a Rolls-royce, BP, HSBC y el aeropuerto de Heathrow. Ryanair todavía no está allí y tal vez el Sr. O’leary represente una mayoría silenciosa. Pero la dirección del camino es clara y significa que esta recuperaci­ón tendrá una forma muy diferente a la anterior.

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FUENTE EXTERNA El problema ambiental del planeta seguirá siendo prioridad.

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