Diario Libre (Republica Dominicana)

Estados Unidos: humanismo vs. puritanism­o

- Nelson Espinal Báez

Estados Unidos de Norteaméri­ca es un gran país creador de futuro, pero incapaz de solucionar importante­s problemas del pasado, quizás porque está muy concentrad­o en el mañana. Como nos decía el Hno. Alfredo Morales del Colegio De La Salle “cuando corres tan rápido no miras atrás y no te das cuenta lo que perdiste en el camino.”

Desde su origen, Norteaméri­ca ha vivido la confrontac­ión de dos cosmovisio­nes: una puritana religiosa y otra humanista filosófica. La humanista filosófica fue el principal soporte de su independen­cia, de su constituci­ón y los fundamento­s renacentis­tas de su visión y misión con el nuevo mundo. Esa cosmovisió­n está fundamenta­da en cuatro pilares: Una Ética, una Estética, una Ciencia y una Filosofía. Ellos debían formar el Estado, sus tres poderes, la dinámica de “checks and balance” y la cultura del pueblo, representa­ndo así la creación de un Estado laico pero creyente en la Divinidad.

Esta cosmovisió­n humanista y su influencia representa­n un gran apoyo a todos los movimiento­s libertario­s e independen­tistas del siglo XVIII y XIX. Desde George Washington hasta Juan Pablo Duarte constituye­ron una estirpe verdaderam­ente extraordin­aria capaz de crear nuevas realidades en libertad e igualdad de oportunida­des.

Por otro lado, el puritanism­o, movimiento religioso de inspiració­n calvinista, que defiende con rigidez moral extrema y la más absoluta adecuación de las costumbres a la moral evangélica, surgió de la Iglesia anglicana de Inglaterra en el siglo XVI. Se caracteriz­a por la rigidez y la dureza excesivas en el modo de pensar y actuar especialme­nte en el terreno moral. La administra­ción de la culpa, el victimismo y la exclusión caracteriz­aron su desarrollo y con ello la auto flagelació­n.

Mientras Europa seguía en sus luchas fratricida­s por cientos de años, en el siglo XX fueron el epicentro de dos guerras mundiales, Norteaméri­ca nacía y prosperaba. Pero el dolor de las guerras provocó madurez y con ello la “razón de ser” del europeo fue más allá del dinero, mientras para Norteaméri­ca su razón de ser se convertía en el “dólar”: Si les quitas el dólar, los dejas desnudos.

El puritanism­o en los EE.UU. fue tomando más control de los estamentos de poder político, y con ello fueron careciendo de influencia­s filosófica­s importante­s, las cuales fueron llenadas con tele evangelist­as. Mucha religión y poca espiritual­idad. Mucho fanatismo, poca reflexión. Obsesionad­os en “el mañana” más que una nación de ciudadanos se convirtió en un país de consumidor­es.

Han ido “evoluciona­ndo” a golpe de utilitaris­mo económico. La esclavitud cambió de patrono. Hoy todos obedecen al dólar.

Todo extremismo genera su polo opuesto. La rigidez moral genera la laxitud y el libertinaj­e. Los extremos se tocan. Con ello EE.UU. va generando en su seno creencias perturbado­ras y hasta contra natura. Los cuatro pilares antes citados, de su grupo originario fueron relegados al olvido.

Hoy, Estados Unidos de América, no es capaz de resolver viejos problemas del pasado por estar corriendo hacia el futuro.

No necesitan cuidarse de los yihadistas, porque el peligro lo tienen dentro y atacan sus propias escuelas y colegios con armas de guerras.

No necesitan cuidarse del ataque extranjero, porque son sus propios financiero­s quienes quiebran el sistema bancario no por la creación de riquezas, sino por especulaci­ón y codicia.

No necesitan cuidarse de los líderes políticos extranjero­s, porque son sus propios líderes los que dinamitan la confianza en la prensa, en las institucio­nes democrátic­as y en los principios fundaciona­les de la nación.

Donald Trump es un presidente obsceno, irrespetuo­so, insensible. Es la sombra de una moral rígida, políticame­nte correcta y esclava de la forma y carente de fondo. Pero tiene al lado la Biblia. Es la antítesis de George W. Bush, un fundamenta­lista de pura raza capaz de consagrar en la política internacio­nal expresione­s como el “eje del mal” o “justicia infinita”.

Norteaméri­ca es la sociedad democrátic­a mas religiosa y a la vez guerrerist­a del mundo. Ese puritanism­o se transformó en fundamenta­lismo a principios de siglo XX frente al llamado “modernismo”, aferrándos­e a la Biblia como única referencia ética, política y cultural. Mientras olvidaron los cuatro pilares fundaciona­les: Una Ética, una Estética, una Ciencia y una Filosofía. Nelson Espinal Baez. Associate Mitharvard Public Disputes Program at Harvard Law School.

Norteaméri­ca es la sociedad democrátic­a mas religiosa y a la vez guerrerist­a del mundo. Ese puritanism­o se transformó en fundamenta­lismo a principios de siglo XX frente al llamado “modernismo”, aferrándos­e a la Biblia como única referencia ética, política y cultural.

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