Diario Libre (Republica Dominicana)
Peleando por un voto desconocido
El voto exterior se logró por obra de otros
La peor diligencia es la que no se hace y –en ocasiones- conviene golpear más de una vez si con el primer toque no se abre la puerta.
Ambas situaciones acaban de comprobarse con el voto en el exterior, el cual se salió de debajo de una patana cuando se lo pensaba irremediablemente perdido.
Como era un mismo evento, suerte de dos como en alimón. Problemas aquí, inconvenientes allá, pues el coronavirus es pandemia.
A la Junta le cargaron los palitos y en la supuesta conspiración el Gobierno sacó colita, pues desde un principio se entendió lo de aquí, pero no se tomó en cuenta lo de allá.
El panorama se despeja, y aparentemente obra propia, pero verdaderamente ajena. El exterior varió las condiciones y consintió que el protocolo de aquí se aplicara allá.
Ahora falta por ver si valió la pena. Si el potencial sufragio se hace realidad y el voto del exterior llena su cometido. El derecho está en la ley, el ejercicio requiere voluntad.
Un padrón que supera el medio millón de votantes es un registro de riesgo, pues del mismo modo que puede voltear la mesa, podría llevársela en la cabeza.
Querían mambo, ahora tendrán rumba.