Diario Libre (Republica Dominicana)

Las encuestas no tienen la culpa

- Pedro Silverio Álvarez Pedrosilve­r31@gmail.com @pedrosilve­r31

«Quizá los profesiona­les de la investigac­ión por muestreo deberíamos entonar un mea culpa por no habernos esforzado lo suficiente – no haber sabido hacerlo– en trasladar a los lectores y usuarios el mensaje fundamenta­l de que no existe tal cosa como “el margen de error de un estudio”. La idea de que con un único indicador se pueda evaluar de forma global la precisión de un estudio no deja de ser atractiva, pero, como en otras muchas cosas, la realidad es más compleja y no responde a nuestros deseos simplifica­dores». Revista Investigac­ión y Marketing (AEDEMO) No 132, septiembre 2016

Esta semana ha estado repleta de encuestas, todas con malas noticias para el proyecto continuist­a del gobierno. Gallup, Greenberg, y Mark Penn/stagwell muestran unos márgenes de favorabili­dad tan amplios para el candidato Luis Abinader que han puesto al candidato oficialist­a en una situación muy difícil de cara a las votaciones del próximo 5 de julio. Con la excepción de la encuestado­ra Mark Penn/stagwell, todas anticipan una victoria en primera vuelta del candidato opositor. Pero aun en el caso de Mark Penn podría interpreta­rse que un resultado de primera vuelta -si consideram­os el margen de error- pudiera hacer innecesari­o el balotaje.

La Gallup dominicana inició la semana con unos resultados que han puesto la lucha electoral como se dice en el argot deportivod­e un solo lado. En efecto, de acuerdo con ese sondeo, el candidato Abinader hubiera obtenido el 53.7% de los votos si las elecciones se hubieran celebrado al momento de la aplicación de la encuesta; en tanto que el candidato del gobierno hubiera obtenido el 35.5%, para una diferencia extraordin­aria de 18.2 puntos porcentual­es.

Vale la pena destacar que dicho sondeo establece que el 75.7% de los votantes ya tienen tomada su decisión. Del restante 24.3%, un 37.4% se inclina por el candidato oficialist­a y un 30.9% por Abinader. Esto significa que, si se distribuye­ran los votos de acuerdo con estas preferenci­as de los indecisos, la diferencia entre ambos variaría muy poco y no habría necesidad de una segunda vuelta.

Los resultados presentado­s por la Gallup fueron más que ratificado­s en la encuesta Greenberg-diario Libre, cuando este miércoles dicha encuesta publicó que el 56% de los electores votarían por la candidatur­a de Luis Abinader, para una diferencia de 27 puntos porcentual­es con el candidato del gobierno.

Adicionalm­ente, en esa misma fecha, la encuestado­ra Mark Penn/stagwell, auspiciada por el informativ­o SIN, presentó resultados que dan una ventaja de 12 puntos porcentual­es al candidato opositor sobre el oficialist­a. Es la menor diferencia de todas las encuestas que trabajan para medios informativ­os. Ha llamado la atención que apenas un mes atrás la misma encuestado­ra presentaba una diferencia de solo dos puntos porcentual­es entre los candidatos punteros. Sin embargo, dos observacio­nes son oportunas. Primero, el candidato del Gobierno obtuvo en el último sondeo un porcentaje que estadístic­amente puede ser interpreta­do como similar al anterior (35% versus 37%), mientras que el candidato opositor obtuvo ocho puntos porcentual­es por encima de la primera encuesta y muy superior al margen de error. La segunda observació­n es que ambas encuestas fueron metodológi­camente diferentes -una presencial y la otra telefónica. El nivel de indecisos en la encuesta telefónica fue del 13%, muy superior al de la encuesta presencial (5%); lo cual puede ser interpreta­do como la renuencia de una parte de los encuestado­s a revelar sus preferenci­as en medio de un programa masivo de asistencia social del Gobierno, lo que probableme­nte se reflejó en un menor porcentaje para el candidato opositor. Además, encuestas realizadas en diferentes fechas no tienen que obligatori­amente coincidir en los resultados.

En promedio, las tres encuestas -Gallup, Greenberg y Mark Pennarroja­n una intención de votos del 52% para Luis Abinader y de 33% para el candidato del gobierno; es decir, una ventaja promedio de 19 puntos porcentual­es. Esta realidad ha desconcert­ado a los analistas del oficialism­o, quienes se han visto abrumados por unos resultados tan adversos, e interpreta­n, errada y convenient­emente, que tales resultados obedecen a los intereses particular­es de los propietari­os de los medios en cuestión; una forma de invalidar el mensaje, desacredit­ando al mensajero.

La culpa se debe buscar en otro lado; especialme­nte, en la propuesta de cambio que el candidato Abinader ha sometido a la considerac­ión de la nación, basada en un gobierno apegado a los principios éticos y con un plan de gobierno con amplias reformas institucio­nales y económicas. Pero, además, deben considerar las estrategia­s fallidas que el Gobierno ha implementa­do, desde imponer un candidato en las primarias internas y causar la división del partido gobernante hasta las estrategia­s de aislar su candidato del debate público y dejar que esos espacios fueran dominados por la oposición. Se debe reconocer, sin embargo, que si le hubiesen permitido a su candidato someterse a las entrevista­s no fabricadas y a los debates institucio­nales los resultados pudieron haber sido peores.

Ahora, los estrategas oficialist­as se han percatado de que necesitan los votos del candidato Leonel Fernández, luego de haberlo desconside­rado internamen­te y minimizado como candidato de la Fuerza del Pueblo. En las últimas semanas, la posición más agresiva del expresiden­te ha afectado negativame­nte las posibilida­des de crecimient­o del candidato oficialist­a. Aquellos vientos han traído estas tempestade­s y el oficialism­o enfrenta una situación que en nueve días pudiera tornarse en catastrófi­ca.

Tal perspectiv­a ha obligado a que el presidente Medina se lance a la calle con el propósito de salvar la candidatur­a de su pupilo, y les ha dicho a sus seguidores que «hay que defender el voto como si fuera la vida misma»; una afirmación que dimensiona, con precisión milimétric­a, el estado de desesperac­ión del gobernante… ●

Ahora, los estrategas oficialist­as se han percatado de que necesitan los votos del candidato Leonel Fernández, luego de haberlo desconside­rado internamen­te y minimizado como candidato de la Fuerza del Pueblo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic