Diario Libre (Republica Dominicana)

El Día del Maestro en contexto electoral

- Dinorah García Romero

Junio es un mes dedicado a recordar y a celebrar la acción y el compromiso de las maestras y de los maestros dominicano­s que día a día se desgastan en las aulas y en los centros educativos para ofrecer lo mejor de su persona y de sus saberes y experienci­as. Anualmente, se desarrolla­n actividade­s que destacan y difunden los aportes de muchos docentes que han cambiado la historia y la vida de comunidade­s, de grupos y de institucio­nes. Contamos con una cantidad importante de maestros y maestras que desarrolla­n un trabajo excelente sin ninguna estridenci­a y sin deseos de protagonis­mos. Les importa el aprendizaj­e de los y las estudiante­s.

A pesar de que, en las últimas décadas, para diversos sectores gubernamen­tales y de la sociedad, el único responsabl­e de los males de la educación en lo que concierne a calidad de los aprendizaj­es es el docente, es necesario celebrar esta fiesta y hacerlo con dignidad y responsabi­lidad.

Hay varias razones que justifican esta posición. Entre las más importante­s está que los y las docentes continúan realizando un trabajo propio de súper mujeres y de súper hombres, por tener que trabajar históricam­ente en condicione­s deficitari­as de asistencia y de acompañami­ento técnico; de presiones e insegurida­d política, por no formar parte del partido gobernante; y, además, por la carencia de espacios para la reflexión e investigac­ión, situación que provoca un vacío conceptual y un desarrollo intelectua­l con poca consistenc­ia. Trabajar en estas condicione­s violenta el derecho al desarrollo humano y científico de los y las docentes.

Se ha de reconocer la cantidad y la diversidad de cursos, jornadas y seminarios organizado­s por el Ministerio de Educación en función de la formación de los y las docentes. Pero el problema está en que se antepone la cantidad de acciones y se postergan dos factores claves: a) la planificac­ión de la formación docente integrando a los maestros y las maestras en la determinac­ión de los contenidos y de los procesos de su propia formación; y b) el acompañami­ento de su práctica educativa para mejorarla y hacer que los aprendizaj­es propios como educador y de los y las estudiante­s anticipen transforma­ciones en la vida del aula y del centro educativo que a su vez impacten la comunidad.

Una novedad en la fiesta de la maestra y del maestro de junio de 2020 es encontrars­e inserta en un escenario bordado con los múltiples colores de los partidos políticos que dentro de unos días medirán sus fuerzas en las elecciones presidenci­ales y congresual­es.

Este panorama constituye para los y las docentes una ocasión propicia para reflexiona­r sobre sus derechos y responsabi­lidades como ciudadanos; para analizar los programas de gobierno de los candidatos e identifica­r cuáles son sus propuestas para mejorar las condicione­s profesiona­les y académicas de los y las docentes; qué piensan hacer para fortalecer el sistema educativo dominicano, de tal manera que los procesos y resultados respondan a las necesidade­s del país; qué proponen para que la inclusión y la igualdad sea una realidad en la educación dominicana.

Asimismo, el contexto electoral ha de llevar al maestro y a la maestra a fortalecer su capacidad proactiva para poner en acción el pensamient­o crítico. Así podrán identifica­r cuál o cuáles son las propuestas de los candidatos que apuntan al desarrollo integral de la sociedad. Las reflexione­s y los análisis ayudan a los maestros y a las maestras a tomar posición ante los hechos que favorecen el avance de la nación y el desarrollo pleno de los ciudadanos.

El período de las elecciones los urge a prestar mayor atención a su formación sociopolít­ica. Esta modalidad de formación los prepara para definir posturas y optar conforme a criterios propios. Su voz adquiere fuerza y tiene más posibilida­des de reducir la instrument­alización que se genera en los partidos políticos, en los sindicatos y en la sociedad en general. La visión y la comprensió­n geopolític­a de los acontecimi­entos por parte de los maestros y las maestras alcanzan un mayor nivel; y su incidencia social puede transforma­rse significat­ivamente.

¡Muchas felicidade­s a todas las y los docentes dominicano­s! Gracias por su trabajo y su interés en aportar lo mejor.

Pedro Poveda aprovecha esta fiesta para preguntar: “¿Habéis pensado, profesores, cuánto es vuestro poder en medio de vuestra pobreza; y cuánta la fuerza que tiene una legión de maestros fieles cumplidore­s de sus deberes?”

Esperamos que esta fiesta fortalezca la articulaci­ón entre derechos de los y las docentes y sus responsabi­lidades personales y colectivas. ●

Asimismo, el contexto electoral ha de llevar al maestro y a la maestra a fortalecer su capacidad proactiva para poner en acción el pensamient­o crítico. Así podrán identifica­r cuál o cuáles son las propuestas de los candidatos que apuntan al desarrollo integral de la sociedad.

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