Carta al presidente Medina

Piden ayuda

En el sector El Alba, Villa Faro, calle C No. 32, se extingue la vida del señor Julio E. Pérez Sánchez, sin un buen seguro, carenciado, recibiendo medicina barata, sobreviviendo con una miseria de pensión, sin casa propia, rodeado de hijos y nietos, sin empleo.

Fue el primero en llevar cubetas a mano llenas de hielo, vacunas y medicinas casa por casa, hace cerca de 50 años, a Petitrú, el actual Enriquillo, Barahona. Nunca se había hecho eso. Fue el pionero de esa práctica.

Cuánta paz usted le llevaría a esa alma en el ocaso de su vida con tan solo disponer que el extraordinario ministro de Salud, Rafael Sánchez Cárdenas, o cualquier otro organismo que usted disponga, le haga un reconocimiento. Urge asistirlo, señor Presidente.

Le juro que no ha conocido una persona igual. Su gracia y su afabilidad son admirables; es una Biblia en cuanto a conocimientos de medicina natural. Desde los 20 años laboró en la entonces Secretaría de Salud y ahora bordea los 80 años.

Estamos abogando por un héroe anónimo.

Eduardo Vargas