Diario Libre (Republica Dominicana)
Efectos del pasado
Gustavo Volmar
Un interesante tema de discusión es cómo las experiencias del pasado afectan las posibilidades de desarrollo económico. La referencia es a vivencias recientes, no a eventos históricos que se recuerdan en libros y narraciones de épocas pretéritas. Y una opinión al respecto es que la mentalidad, prioridades y expectativas de las personas son moldeadas por esas experiencias, creando patrones de comportamiento que inciden sobre el desenvolvimiento de la economía. Para poder alcanzar sus propósitos, las medidas gubernamentales y los planes estratégicos deben tomar esos patrones en cuenta, ajustándose a ellos.
Fueron notables en ese sentido las experiencias de inflación y devaluación monetaria sufridas en América Latina. Ellas dejaron como secuela una hipersensibilidad a las fluctuaciones cambiarias, la cual provocaba reacciones rápidas de la oferta y demanda de bienes y servicios a los cambios ocurridos, y una desconfianza en las monedas y valores locales que tomó años superar.
En un ámbito más dramático, los conflictos tribales en África causaron la fragmentación de las economías, un descenso en la innovación, y una gran renuencia a invertir en actividades productivas fuera de las tradicionales propias de los centros urbanos.
En nuestro país se ha logrado disipar en gran medida las aprehensiones que en el pasado existían respecto de la estabilidad económica, pero aun así persiste un temor evidente a la devaluación, puesto de relieve este año por la dolarización de parte de los depósitos bancarios. Evidentemente, la estabilidad no se limita al área monetaria. Se extiende a los esquemas tributarios, las leyes y las demás políticas económicas y administrativas. Es importante, en consecuencia, enfatizar que las reglas de juego no son efímeras, sujetas a cambiar en cualquier momento, lo cual debe ser acompañado por el convencimiento de que el camino hacia el progreso lo ofrece el trabajo arduo y la búsqueda de soluciones colectivas.