Diario Libre (Republica Dominicana)

Las pequeñas cosas del tránsito capitaleño

- Eduardo García Michel

Señores: Autoridade­s edilicias y nacionales. Antes de publicarse los recientes cambios de dirección dispuestos para algunas vías del Distrito Nacional, les tenía preparada esta carta. Algunas de mis sugerencia­s han sido satisfecha­s. Perviven otras inquietude­s.

La carta dice: “Excusen la osadía. Les planteo un aforismo: quien no atina en lo pequeño, con mayor razón fracasa en lo grande.

Les suplico que atiendan primero los minúsculos problemas del tránsito, si aspiran a resolver los de gran calado. Solucionen, rápido, lo que únicamente demanda sentido común, decisión. Así estarán preparadas para enfrentar lo más complejo y costoso.

El tránsito en la ciudad capital es traumático. La mayor parte de los tapones ocurren por falta de atención a los pequeños detalles. Encontrado el método, tendrán alumbrado el camino hacia una buena gestión.

Les expondré varios ejemplos, por si les placiere resolver.

Cada día, en la Mejía Ricart con Lorenzo Despradel (único acceso a La Castellana desde el sur), se forma un tapón enorme. Se permite a los vehículos que vienen por la Mejía Ricart en dirección oeste a este, doblar a la izquierda en la Lorenzo Despradel. Ahí se encuentran con el flujo grueso que viene en sentido contrario. En el cruce, los unos, no dejan pasar a los otros. Y viceversa. A escasos metros de esa confluenci­a está la calle Biblioteca Nacional, por la cual desembocan más vehículos y se unen al caos.

Una solución, sencilla, es prohibir el giro a la izquierda viniendo desde la Mejía Ricart en sentido oeste a este, para subir por la Lorenzo Despradel. Y poner de una sola vía la calle Biblioteca Nacional para que el flujo no desemboque en la Mejía Ricart.

Muy cerca de ese punto, en la Mejía Ricart, hay otro cuello de botella. Se resolvería evitando que en la cercanía con la calle Carmen de Mendoza se aparcasen vehículos a ambos lados, atraídos por los negocios instalados, y dando más tiempo al cambio de luz del semáforo.

La solución integral, queridas autoridade­s, sería convertir la Mejía Ricart en calle de una sola vía, de oeste a este, desde la Núñez de Cáceres. Habilitar la Oloff Palme en su vocación de relevancia y romper el muro de Los Praditos. Eso permitiría transitar de este a oeste desde la Heriberto Núñez, y quizás desde la José Amado Soler, en paralelo a la Mejía Ricart. Así habría dos ejes relevantes, uno hacia el este, otro hacia el oeste. ¿Podría saberse a qué esperan?

Otro punto conflictiv­o es el acceso a Los Prados en Charles Summer con Nicolás Ureña de Mendoza y Fernando Defilló. Ahí se forman atascos proverbial­es. Se aparca en ambos lados de la Summer, cuando debería estar prohibido. Hay que disponer que la carga hacia o desde los comercios de la zona tenga que realizarse en horas determinad­as. Ningún país organizado la permite en horas punta.

La calle Max Henríquez Ureña, desde la Churchill, en dirección este a oeste, es un alivio a la circulació­n hacia los barrios cercanos a la Núñez de Cáceres. Al llegar a la José Tapia Brea surge el atasco en un tramo corto y muy angosto. Ahí no cabe un vehículo al lado del otro y hay talleres de mecánica invadiendo la calle. En adición, la fila de automóvile­s que hace espera en el colegio Montessori de la Mejía Ricart, empeora la situación. La solución es que la Max Henríquez sea de una sola vía, en dirección este a oeste, organizar la fila del Colegio Montessori y colocar los talleres de mecánica fuera de la calle.

Señorías, las soluciones que menciono para mi barrio, serían funcionale­s en los demás lugares de la ciudad: se lograrían con poco dinero, ganas de cumplir y de hacer las cosas bien hechas.

Si estas elucubraci­ones salen de un humilde bachiller de escuela pública, como yo, qué podría esperarse de gente de pescuezo largo, moños bien tratados, cucurbitác­eos, como ustedes: lo menos, transforma­r el presente e iluminar el futuro. ¿Oh no?

Con beneplácit­o, les saluda, Abimbaíto.”

P.D. Queridas autoridade­s: Los felicito. Las nuevas disposicio­nes despejan la salida desde Los Prados, La Castellana, Quisqueya y El Millón hacia el centro. Sin embargo, complican el retorno, pues la Mejía Ricart no estará disponible para el regreso. ¿No han reparado en eso? Hay que agilizar el tránsito en la Charles Summer, haciendo cumplir la prohibició­n de aparcar. Les apunto que la Severo Cabral, puesta de una sola vía, este a oeste, desde la Avilés Blonda, sería un alivio.

Les suplico que atiendan primero los minúsculos problemas del tránsito, si aspiran a resolver los de gran calado. Solucionen, rápido, lo que únicamente demanda sentido común, decisión. Así estarán preparadas para enfrentar lo más complejo y costoso.

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