Global y Variable

Arte pandémico

En esta etapa de la historia económica, en la que los principales bancos centrales se han puesto de acuerdo para que el uso del dinero ajeno valga muy poco, las ganancias de capital han ido llenando el vacío dejado por los rendimientos corrientes de las inversiones. Cualquier objeto susceptible de subir de valor en el futuro es una opción válida, merecedora de ser tomada en cuenta. Figuran entre ellas cosas tan variadas como apartamentos, oro, petróleo, embarcaciones, antigüedades e investigaciones tecnológicas. Y también están entre ellas las obras de arte de diferentes clases.

El modo de operar del mercado de obras artísticas fue transformado por las restricciones derivadas de la pandemia. Sus usuales cocteles y exhibiciones fueron reemplazados por presentaciones en línea, evidentemente menos glamurosas y atractivas. Las galerías y salas de subastas, habituadas a recibir tanto a curiosos como a compradores serios, se vieron de pronto desprovistas de público, pasando a lanzar y mercadear productos de forma remota, sin el beneficio que la euforia del encuentro tangible genera en cuanto al impulso y disposición de los invitados para sacar sus tarjetas de crédito y gastar.

Las consecuencias sobre el mercado han sido severas, sobre todo para los artistas poco conocidos. Al disminuir los eventos e intercambios directos a través de los cuales el mercado opera, las expectativas de ganancias de capital disminuyeron, debilitando el flujo de inversiones hacia los productos del sector. La demanda procedente de los amantes del arte siguió vigente, aunque limitada por la recesión de las actividades económicas, pero la motivada por cálculos de inversión fue perjudicada.

El mercado se recuperará, pero muchos expertos anticipan el cierre definitivo de numerosos pequeños museos, tiendas y galerías no gubernamentales. Pero en lo que a los artistas concierne, los estudios muestran que aunque hayan vendido menos, continúan laborando y produciendo obras. ●