Diario Libre (Republica Dominicana)
Compras y regalos
Se conoce como flexibilización cuantitativa la participación de algunos bancos centrales en adquisiciones de valores públicos y privados a fin de dinamizar las economías, se pone de ese modo dinero en circulación y se aumenta la liquidez de los inversionistas. Su empleo surgió mayormente en países desarrollados con monedas utilizadas como reserva por otras naciones, después de haber agotado los mecanismos tradicionales de política monetaria vía cambios en las tasas de interés de referencia, y de haber llevado el rendimiento de los depósitos bancarios a niveles cercanos a cero.
La flexibilización cuantitativa, como instrumento monetario, no implica un regalo de dinero. Los títulos adquiridos por los bancos centrales pasaban a formar parte de sus activos, no de sus partidas de gastos. En algún momento, se decía, se volverían a vender luego de que las economías retornaran a sus sendas de crecimiento. Dado su carácter heterodoxo, al no haber sido parte de las medidas monetarias habituales, la flexibilización no fue unánimemente aplaudida, siendo descrita como una amenaza para la estabilidad macroeconómica. La experiencia, sin embargo, no validó esos cuestionamientos, lo que reforzó la opinión de los partidarios del programa en cuanto a que no existían límites específicos al monto de las compras que los bancos podían hacer.
La pandemia ofreció una magnífica oportunidad para proseguir por el camino de la expansión, sólo que a través de regalos de dinero, no directamente por los bancos centrales sino por los gobiernos. Si no existían topes lógicos para la flexibilización cuantitativa, ¿por qué tendría que haberlos para los gastos gubernamentales y el nivel de la deuda pública? Y hasta pudiera ser que eventualmente sean aprobados mecanismos para garantizar un cierto nivel de ingresos para todas las personas.
Es muy pronto aún para conocer cuáles serán los resultados finales de esas transformaciones en la política económica, tanto monetaria como fiscal.