Diario Libre (Republica Dominicana)
El Cheíto que conocí en Medellín ‘78
La actuación de José – Cheíto- Rodríguez en los Juegos Centroamericanos de Medellín en 1978 era el tema obligatorio de los comentarios diarios y los escuchas de Grandes Ligas tenían fija la lupa en él y el toletero nicaragüense David Green.
Quince jonrones en 45 veces al bate en Medellín 78, es la marca que estableció Cheíto y que se adueñó de los titulares de la prensa.
Nosotros teníamos en Medellín la doble función, oficial de prensa de la delegación dominicana y reportero del vespertino La Noticia, lo que nos daba una movilidad privilegiada para estar en contacto con los atletas. Esa mañana luego de su jonrón quince entrevistamos a Cheíto y hablamos de su calidad como jonronero, recordando la actuación en los Docejuegos en Santo Domingo de Armando Capiró y Agustín Marquetti. No le gustaba que lo compararán con otros jugadores.
El 16 de julio de 1978, la selección cubana protagonizó uno de los innings más ofensivos en eventos internacionales de béisbol al anotar 24 carreras vs. Puerto Rico, donde Cheíto disparó tres jonrones.
En la noche había un “runrún” en la Villa Centroamericana de que la seguridad cubana había descubierto que Rodríguez tenía intenciones de desertar. El colega Ramón Jerez del vespertino El Nacional soltó el bombazo de que Cheíto Rodríguez “se había caído de un cuarto piso”. El periodista Luis R. Varela, corresponsal de AP nos llamó para constatar qué sabíamos. Todo se quedó en rumor, pero los ojos de la seguridad cubana no le quitaban la mirada de encima en cualquier movimiento a Cheíto y eso se podía notar en el comedor de la villa y el estadio.
Se notaba a leguas que sobre el jugador había una vigilancia selectiva ante el insistente gardeo de los escuchas de Grandes Ligas.
Su actuación en Medellín fue memorable: 15 jonrones, 37 impulsadas, 23 anotadas en diez partidos y 45 veces al bate le valieron ser designado el jugador más útil del evento.
En dos partidos consecutivos fletó tres cuadrangulares, dos en una entrada y seis carreras impulsadas en el mismo inning, todas marcas vigentes.
En 1979, lo vimos exhibiendo su poder en los juegos Panamericanos de Puerto Rico, pero la seguridad cubana impedía que fuese entrevistado.
No cabe dudas de que en la larga fila de atropellos en el deporte cubano, la historia de Cheíto Rodríguez, suspendido en el pico de su carrera no tiene madre, siendo separado en 1985 de la selección nacional durante más tres años, al ser acusado de tenencia ilegal de divisas.
Su crimen: tener en su poder 81 dólares que le había regalado un jugador venezolano.