La caída de otro muro

¿Fué la revolución cubana una buena idea que salió mal o una mala idea desde el principio?

El comunismo ha demostrado ser una mala idea de origen. Allá donde se han aplicado, sus recetas han sido un fracaso económico y social absoluto. Del este de Europa a Cuba, de Venezuela a Corea del Norte. Se sostiene porque su esencia es dictatorial y tan eficiente en eliminar la oposición como ineficiente en crear riqueza y repartirla.

Patria y vida, el lema de las manifestaciones en Cuba, es además de una canción un grito para superar el patria o muerte marca de la revolución. (Cuando alguien grita patria o muerte suele preferir quedarse con la patria y que se muera el otro. O que por lo menos se calle).

Pero la dictadura castrista ha sido tan eficiente en mantenerse en el poder como en su labor de relaciones públicas. Sorprende encontrar, por ejemplo, apoyo a un proyecto del pasado (sesenta y dos años) en jóvenes europeos que viven bien precisamente porque en sus países no rigen las fórmulas económicas, políticas y sociales que obstinadamente se han aplicado a los cubanos.

No se puede juzgar la revolución de hace 62 años con la mirada de hoy. El pasado (sesenta años son tres generaciones) es lo que es y los hombres actuaron en aquel ayer como se pensaba y vivía entonces. Pero que hoy alguien pregunte en un programa de radio si es verdad que hay presos políticos en Cuba es de un cinismo intolerable.

Cuba es una dictadura y las manifestaciones del domingo podrían ser su particular caída del muro si Díaz-canel entendiera la oportunidad que se le abre de pasar a la historia (esa obsesión tan revolucionaria). Pero ya tiene en su cuenta muertos, represión y (más) censura.

Díaz-canel, como el resto del partido comunista de Cuba, no se atreve con la libertad.