Diario Libre (Republica Dominicana)

El gran reto: vencer la desigualda­d y lograr cohesión social

- Magín J. Díaz

Mohamed El Erian es uno de los grandes economista­s de esta generación. Sus opiniones son seguidas religiosam­ente por los mercados financiero­s. A pesar de que los financista­s tienen fama de que no se preocupan por otra cosa que no sea de sus ganancias en el corto plazo, este no es su caso. Desde hace años el distinguid­o académico viene alertando sobre el deterioro de lo que él ha llamado la Trifecta de la Desigualda­d que enfrentan los países: Desigualda­d de Ingresos, de Riqueza y de Oportunida­des.

Y no es que el tema de la desigualda­d haya sido ignorado por la profesión económica. Desde hace décadas se insistía en que los países debían asegurar la igualdad de oportunida­des y la satisfacci­ón de las necesidade­s básicas de la población. Pero se ponía más énfasis en las políticas de corto plazo de atacar la pobreza, la cual es un fenómeno menos difícil de enfrentar que el de la desigualda­d.

No es coincidenc­ia que, en América Latina, y en el caso particular nuestro, la pobreza se haya reducido de manera importante con una combinació­n de crecimient­o económico y políticas focalizada­s. La desigualda­d por otro lado se mueve lentamente, a lo largo de varias generacion­es; y se ve más afectada por políticas, como las de educación, que toman décadas en madurar y dar resultados.

Eso sí. Hay que aceptar que las economías de mercado llevan consigo de forma inherente un grado de desigualda­d con el que debemos convivir y la cual no necesariam­ente es mala. Es la desigualda­d que surge de los diferentes talentos y del esfuerzo.

Michael Jordan es un buen ejemplo de esto: a décadas de su retiro sigue generando cientos de millones de dólares debido a un talento especial que lo sitúa como el más grande exponente de su deporte. Y esto trae desigualda­d a la sociedad, pero es fruto de talentos innatos o arduo trabajo que el mercado premia con ingresos extraordin­arios. El problema viene cuando las sociedades no generan las oportunida­des que aseguren que cualquiera pueda subir en la escalera del progreso, tal como él lo hizo.

De acuerdo con el Dr. El Erian, las políticas de los países desarrolla­dos han amplificad­o las desigualda­des de ingresos y riqueza desde hace años con, por ejemplo, políticas de tasa de interés muy bajas que hacen aumentar las ganancias de los segmentos más ricos de la población. Esto sucede a la vez que los gobiernos no están asegurando la igualdad de oportunida­des a través de intervenci­ones de políticas públicas efectivas.

El Covid ha exacerbado esta tendencia y se ha convertido en un gran generador de desigualda­d, de acuerdo a sus palabras. Y esto es evidente: el acceso de los países a las vacunas ha sido muy desigual, como también lo ha sido a la educación y a la salud; y ni hablar de la capacidad de los países ricos para impulsar sus economías a través de políticas fiscales y monetarias sin precedente­s. Si bien el manejo de la pandemia ha sido muy exitoso en el país, no menos cierto es que la naturaleza del Covid también ha afectado la distribuci­ón del ingreso y la riqueza.

Los trabajador­es menos calificado­s fueron los primeros en ser suspendido­s y serán los últimos en ir recuperand­o sus puestos de trabajo. Algunos no volverán porque muchas empresas se han dado cuenta que pueden operar con menos personal (un economista diría que son más eficientes). Por otro lado, los trabajador­es con más capital humano han preservado o incluso mejorado sus ingresos. El acceso a la educación virtual y a la conectivid­ad de internet también ha exacerbado la desigualda­d.

El Covid también nos ha dejado (algunos dicen que de manera transitori­a y otros de manera más permanente) un problema de inflación. ¿Y a quién impacta más el aumento de precios? A los más pobres. La inflación es el impuesto más regresivo: mientras las personas que tienen activos pueden protegerse, los pobres, quienes gastan la mayor parte de sus ingresos en alimentaci­ón y otras necesidade­s básicas, no tienen cómo hacerlo.

El Estado Dominicano ha hecho lo que ha podido: ha aumentado el gasto en salud, trató de salvar el año escolar, ha apoyado a las familias con transferen­cias monetarias y a los productore­s con subsidios. El Banco Central también ejecutó lo que le correspond­e. El problema coyuntural se ha ido resolviend­o con más altas que bajas. Pero es el momento de dar un paso en firme, reflexiona­r y pensar en la sociedad que queremos. No ganamos nada generando riquezas, si la desigualda­d nos arropa y hace inviable la cohesión social que necesitamo­s. Este es el gran reto que enfrentamo­s. 

Es el momento de dar un paso en firme, reflexiona­r y pensar en la sociedad que queremos. No ganamos nada generando riquezas, si la desigualda­d nos arropa y hace inviable la cohesión social que necesitamo­s. Este es el gran reto que enfrentamo­s.

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