Dos países

1. La Feria. Un reseña en el digital www.elespañol.es describe una Feria Internacional del Libro en Santo Domingo exitosa, rica en contenido y fabulosa en formas. Alegre, buena en ventas y magnífica en asistencia.

Quizá el autor no haya sido testigo de las furibundas quejas en las redes, las ácidas (muchas injustas) críticas y las protestas airadas de los que no lograban sortear los tapones para llegar al trabajo... o a la misma Feria. Una cosa es cómo nos ven y otra cómo nos sentimos.

2. La paz. Somos un país cuya paz social y el carácter afable y amistoso de sus habitantes atraen un turismo en expansión y a los inversionistas de varios continentes. Pero si se hurga un poco, el tema de la delincuencia y de la brutalidad de algunos (o muchos) miembros de la Policía abruma. De nuevo, no nos vemos como nos ven. O disimulamos muy bien o somos demasiado educados como para asustar a los visitantes.

3. Las cifras. Rompemos récords de recuperación pos pandemia. Y de crecimiento económico en la última década. Somos la envidia del continente en ese renglón. Pero si escuchamos las conversaciones de los trabajadores, este país es muy caro, el sueldo no alcanza y hay que hacer malabares. ¿Quién está en lo correcto? Todos, de nuevo. Y un ejemplo lo dan las remesas: llegan porque a los de aquí les hace falta ayuda para vivir y al mismo tiempo el Gobierno celebra la cantidad de dólares que entra por esa vía. Todos contentos.

4. La educación. Se bate el récord mundial de inversión en educación en proporción al presupuesto. Nos aplauden por ello. Aquí, analizamos los resultados y lloramos.

Conclusión: más allá de ser dos países en una isla, como se sabe, aquí hay dos países, tres o cuatro, en el mismo país. A veces coinciden, no siempre. 