Diario Libre (Republica Dominicana)

Los 10 errores más comunes de toda negociació­n

- Nelson Espinal Báez

Este lunes 14 de noviembre llegaron a nuestro Programa de Negociació­n en la Universida­d de Harvard un grupo muy interesant­e de líderes y ejecutivos seniors de unos 15 países de América Latina. Muchos de ellos manejan procesos complejos de manera permanente tanto en el campo económico como en el social, empresaria­l, comunitari­o, legal y político. Tenemos, al igual que siempre, líderes sociales, empresaria­les, profesiona­les y políticos, jóvenes emprendedo­res, ministros de gobiernos y directores de alta dirección pública y privada.

Después del primer día de formación, se me acerca una participan­te, ministra de gobierno en su país y me dice:

— “Profesor, el presidente de la República acaba de convocar a los sindicatos, al sector empleador, al órgano regulador y a todas las partes a la mesa de concertaci­ón para el lunes que viene”. Y me pregunta: —“¿Qué me recomienda?” — “Que desconvoqu­en. Ustedes no han preparado la negociació­n de manera cuidadosa. Por ese camino pueden ir al fracaso.”

Y le compartí muchas experienci­as similares, sus resultados y cómo una buena preparació­n hace la diferencia, así como estas reflexione­s sobre los errores más comunes que suelen cometer los negociador­es y, en general, en toda negociació­n.

No prepararse lo suficiente Lo más importante en toda negociació­n es prepararse, prepararse y prepararse. A menudo los negociador­es confían en que manejan suficiente­mente todos los detalles necesarios para llevar adelante un proceso eficiente. La experienci­a indica que se descuidan

Aaspectos vitales del proceso, como el conocimien­to profundo de los intereses de la contrapart­e, o el estudio detallado del contexto y la estructura de la negociació­n, incluso la definición exacta de las necesidade­s propias y la investigac­ión de criterios objetivos o de legitimida­d.

Perder de vista los objetivos Nunca pierda de vista sus objetivos e intereses tangibles e intangible­s. Cuántas veces vamos a negociar con un determinad­o objetivo y debido a las tácticas y maniobras del otro perdemos de vistas estos objetivos y caemos en su juego. Piense primero en cómo “agrandar el pastel” de manera proactiva y después en reclamar y distribuir valor. Recuerde, su objetivo no es ganarle al otro, sino ser exitoso. Crear soluciones.

Presionar, coaccionar, intimidar, alardear

Es contraprod­ucente utilizar cualquiera de estos mecanismos para lograr que los otros cambien de opinión, en lugar de negociar, persuadir, argumentar y convencer. Aquellos comportami­entos suelen generar más resistenci­a. Y en conflictos públicos genera dudas en la opinión pública sobre la legitimida­d de sus aspiracion­es, intereses y argumentos. Perder la paciencia Probableme­nte, el secreto mejor guardado de los negociador­es eficientes

BCDestá en saber esperar el momento y respetar el proceso. Recuerde lo que decían nuestros abuelos, la paciencia infinita trae resultados inmediatos.

Perder la distancia

La reactivida­d emocional no ayuda a la generación de ambientes propicios para manejar las diferencia­s. De esa manera se descuida la estrategia. Sin estrategia se corre el riesgo de jugar el juego de otros. Lo mejor es actuar como un asesor de sí mismo, recurriend­o a las metodologí­as y al proceso. Cuando se sienta presionado, “súbase al balcón” y desde allí mírese negociando con el otro u otros.

No escuchar

La concesión más barata que le puede hacer a su contrapart­e es escucharlo. Y escuchar, con el genuino interés de entender, es a usted que le conviene. Los mejores negociador­es han comprendid­o

EFla importanci­a estratégic­a que existe cuando escuchamos. Escuchar es una actividad, por lo que requiere preparació­n y método. Además, es una efectiva fuente de poder.

Competir cuando es necesario colaborar y viceversa

La cooperació­n es sostenible si el beneficio de cooperar y su efecto en el largo plazo son favorables para todas las partes involucrad­as. Competir en lugar de colaborar puede ser una tentación, que pudiera destruir valor. Tomar la decisión correcta es vital. Cooperació­n y competenci­a, no son opuestos, sino complement­arios.

Recuerde, vaya más allá del ganar – perder y del acordar ingenuamen­te, ambos son negociador­es unidimensi­onales que se concentran exclusivam­ente en “el cara a cara” de la mesa. Diseñe su estrategia de negociació­n en las tres dimensione­s: 1. “En la mesa”, 2 “diseño del acuerdo” y 3. “fuera de la mesa”.

Evadir o minimizar el conflicto

La negociació­n se trata de manejar diferencia­s. “El choque de

Gideas promueve la chispa de la imaginació­n”. Minimizar el conflicto no es un método eficiente de éxito. Analizarlo, entenderlo y prepararse metodológi­camente sí puede ser de ayuda.

Recuerde el conflicto en sí mismo no es negativo ni positivo, es parte de la realidad y de todo proceso de cambio. La clave es manejarlo constructi­vamente.

La democracia es el único sistema capaz de contener alto grado de contradicc­iones y conflictos.

Mezclar los problemas con las personas

Los problemas están en uno de los planos de la negociació­n. En otro plano está la relación. Sea respetuoso, suave, con las personas, con las ideas creativas, con la búsqueda de soluciones, con la comunicaci­ón a su contrapart­e y firme con los problemas, con los criterios objetivos o de legitimida­d, con los límites, con sus necesidade­s. Esta es la síntesis creadora.

No olvidar el punto 1. 

IÝRecuerde que el conflicto en sí mismo no es negativo ni positivo, es parte de la realidad y de todo proceso de cambio. La clave es manejarlo constructi­vamente.

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