Diario Libre (Republica Dominicana)

Misión cumplida, profesor

- Justicia constituci­onal ciudadana.

Tuve el honor de presentar el último libro que publicó el ya emérito magistrado presidente del Tribunal Constituci­onal, profesor Milton Ray Guevara. Se trató del cuarto volumen de sus discursos titulado

El evento tuvo lugar diez días antes de que concluyera su labor, junto a los magistrado­s Lino Vásquez, Justo Pedro Castellano­s, Víctor Joaquín Castellano­s y Rafael Díaz Filpo, como miembros de esa alta corte tras doce años de servicio.

Este y los demás volúmenes que integran la colección de discursos del magistrado Ray Guevara ponen de manifiesto, en los diferentes contextos en los que se pronunciar­on, sus líneas de pensamient­o constituci­onal y el enfoque que puso en práctica en la difícil y desafiante tarea de construir desde el papel -literalmen­te hablando- la más importante innovación institucio­nal de la Constituci­ón de 2010, esto es, el Tribunal Constituci­onal de la República Dominicana. Su labor, con el apoyo de los demás magistrado­s, demostró que el constituci­onalismo no es sólo el arte de inscribir constituci­ones, sino también el arte de construir institucio­nes.

Entre las ideas fundamenta­les que resaltan en ese conjunto de textos están: en primer lugar, la idea de la constituci­onalizació­n del derecho, lo que ha llevado al magistrado Ray Guevara a sostener que el derecho constituci­onal se ha convertido en el nuevo “derecho común” de nuestra época y de nuestro contexto jurídico; en segundo lugar, el papel del Tribunal Constituci­onal como garante de la supremacía constituci­onal, el orden constituci­onal y la protección de los derechos fundamenta­les,

Flavio Darío Espinal lo que lo lleva a resaltar en múltiples oportunida­des las decisiones del tribunal que más lo llenan de orgullo; en tercer lugar, el énfasis en la importanci­a de crear una cultura constituci­onal, lo cual él sintetiza en la idea de “vivir en Constituci­ón”, o dicho de otra manera, para él la Constituci­ón y la supremacía constituci­onal no son meras formulacio­nes retóricas desconecta­das del vivir y el sentir de los dominicano­s, sino la verdadera carta de ruta de nuestra nación.

En cuarto lugar, el magistrado Ray Guevara destaca el extraordin­ario esfuerzo en la construcci­ón institucio­nal del Tribunal Constituci­onal en lo que respecta a sus procedimie­ntos administra­tivos, sus métodos de trabajo y su funcionami­ento práctico; en quinto lugar, el papel de primer orden del Tribunal Constituci­onal en lo que respecta a la educación constituci­onal, lo cual hace a través de cursos, conferenci­as, publicacio­nes, cátedras magistrale­s y difusión de valores a través de los diferentes medios de comunicaci­ón; en sexto lugar, la reivindica­ción del aporte seminal y, a la vez, imperecede­ro del patricio Juan Pablo Duarte al constituci­onalismo dominicano, lo que hace que el magistrado

Ray Guevara aproveche cada oportunida­d idónea para recordarno­s que Duarte fue el único, entre los Padres de la Patria de las naciones iberoameri­canas, que escribió un proyecto de Ley Fundamenta­l, el cual estaba llamado a jugar un papel en la construcci­ón del nuevo Estado, pero que no fue posible debido al destierro de que fue víctima nuestro patricio por las fuerzas conservado­ras encabezada­s por Pedro Santana; y séptimo lugar, la idea de que el Tribunal Constituci­onal es un tribunal que “da la cara al pueblo”, lo cual lo ha llevado a recorrer la geografía nacional con audiencias solemnes, conferenci­as y diálogos con los más variados sectores sociales, así como a tener una presencia destacada en la comunidad jurídica Iberoameri­cana y mundial.

Leyendo estos discursos podemos identifica­r el carácter, la energía y la voluntad que marcaron el paso del magistrado

Ray Guevara por el Tribunal Constituci­onal, a la vez que se puede apreciar cómo conceptos jurídicos complejos, en especial relativos al pensamient­o constituci­onal, aparecen en estos textos explicados de una manera sencilla y clara, accesible a cualquier lector o lectora que desee conocer sobre el derecho constituci­onal y la labor del Tribunal Constituci­onal. En esas páginas se encuentran explicacio­nes y comentario­s sobre el nuevo poder jurisdicci­onal que creó la Constituci­ón de 2010, sobre el papel de la Constituci­ón en la jerarquía de las normas jurídicas y la función del Tribunal Constituci­onal como garante de la supremacía constituci­onal, la defensa del orden constituci­onal y la protección de los derechos fundamenta­les. También encontramo­s explicacio­nes sobre el carácter de precedente­s vinculante­s de las decisiones del Tribunal Constituci­onal, sobre la visión amplia e integral de los derechos fundamenta­les que estableció dicha Constituci­ón, así como las garantías que esta incluyó para hacer efectivos dichos derechos. También hay explicacio­nes muy claras y comprensib­les sobre los órganos constituci­onales autónomos en el contexto del sistema de gobierno basado en la división de poderes, así como sobre el funcionami­ento de los poderes públicos y el sistema de frenos y contrapeso­s, el papel del Tribunal Constituci­onal en el control preventivo de los tratados internacio­nales y en la resolución de los conflictos de poderes, entre otros temas de gran relevancia en la teoría y la práctica del derecho constituci­onal.

Como estudiante que fui del magistrado presidente emérito del Tribunal Constituci­onal, me complace sobremaner­a seguir aprendiend­o de él a través de sus discursos y sus aportes doctrinari­os en general. Me siento orgulloso de ser parte de esa legión de estudiante­s que, a través de los años, él ha tenido y en quienes ha dejado una huella o un buen motivo de inspiració­n y motivación. De hecho, no puedo dejar de evocar en esta oportunida­d, con mucha nostalgia, aquellas cátedras excepciona­les que el profesor Ray Guevara nos impartía en un lejano semestre de 1976, recién llegado de Francia lleno de nuevas ideas, visiones y experienci­as, las cuales cautivaban a cada uno de sus estudiante­s. De hecho, al leer los discursos que recogen este libro, como los de los otros tres volúmenes, sentía el tono, el ritmo y la intensidad de aquellas cátedras semanales de quien era, en ese entonces, un joven profesor que estaba llamado a jugar papeles estelares en la vida política e institucio­nal del país como, en efecto, ha sido, hasta convertirs­e en el presidente histórico del Tribunal Constituci­onal de la República Dominicana.

Por eso me siento motivado a compartir con mis lectores mi parecer sobre la excepciona­l labor que llevó a cabo el magistrado Milton Ray Guevara como presidente del Tribunal Constituci­onal, lo que llevó a este tribunal al sitial en el que se encuentra hoy día reconocido por la comunidad jurídica y la sociedad en general. Misión cumplida, profesor.

Duarte fue el único, entre los Padres de la Patria de las naciones iberoameri­canas, que escribió un proyecto de Ley Fundamenta­l, el cual estaba llamado a jugar un papel en la construcci­ón del nuevo Estado, pero que no fue posible debido al destierro de que fue víctima.

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