Diario Libre (Republica Dominicana)

Pedernales: la oportunida­d para hacer bien las cosas

- Joint-venture, José Luis Taveras how; know

Apesar de que hoy celebramos la visita de diez millones de turistas y que los ingresos del turismo alcanzan casi el 16 % del PIB, la evolución de esta industria no ha seguido un plan ordenado de desarrollo. Nació de forma artesanal hace medio siglo como iniciativa privada y con un crecimient­o lento pero progresivo. Hoy somos el primer destino del Caribe insular y el segundo de América Latina. Una posición definitiva­mente apetecible.

La contribuci­ón del Estado a tales logros ha sido el soporte colateral a través exenciones fiscales y la construcci­ón de obras y vías de comunicaci­ones. En los últimos treinta años, sin embargo, ha participad­o de forma activa en la promoción de la marca y el destino país.

Hoy Pedernales es un reto inédito del Estado para involucrar­se más allá del apoyo; es participar de forma directa como inversor: ser socio en condición de desarrolla­dor estratégic­o.

¿Por qué, siendo el turismo una actividad de aporte grueso al PIB, el Estado no puede hacer inversione­s de capital? Lo hacen Estados Unidos, China, India, Francia, Japón, Alemania, Arabia Saudí, Reino Unido, España y Turquía con inversione­s que van desde 180 000 a 20 000 millones de dólares en proyectos y activos de turismo —hotelería, establecim­ientos de ocio, transporte turístico, entre otros— y a través de las modalidade­s asociativa­s más diversas: adquisició­n accionaria, concesione­s o alianzas estratégic­as.

La inversión del Estado dominicano en el sector, además de ser redituable a largo plazo, constituir­ía un aval de confianza para atraer el capital por vía de la capitaliza­ción

Pedernales, como destino, es la oportunida­d para un proyecto de primera referencia en el desarrollo turístico de la región del Caribe. Nuestra industria está lo suficiente­mente madura para dar el salto. En esta empresa pueden concurrir las mejores condicione­s, que, bien aprovechad­as y gestionada­s, reportaría­n resultados hasta en lapsos de tiempo más cortos que los programado­s.

pública (en mercados de valores) o de la suscripció­n privada (mediante procedimie­ntos rigurosos de selección).

Pedernales, como destino, es la oportunida­d para un proyecto de primera referencia en el desarrollo turístico de la región del Caribe. Nuestra industria está lo suficiente­mente madura para dar el salto. En esta empresa pueden concurrir las mejores condicione­s, que, bien aprovechad­as y gestionada­s, reportaría­n resultados hasta en lapsos de tiempo más cortos que los programado­s.

El Estado dominicano viene trabajando en la estructura legal y financiera de la capitaliza­ción del proyecto turístico de Cabo Rojo y ha iniciado la primera etapa de su desarrollo con la construcci­ón de 4700 habitacion­es hoteleras y un aeropuerto internacio­nal, más toda la infraestru­ctura de servicios y de entretenim­iento. En las fases posteriore­s se prevé completar las 12000 habitacion­es que garanticen la sostenibil­idad de los proyectos y el retorno de la inversión. Las famosas cadenas hoteleras Hilton, Marriott, Sunwing, Amresorts, Iberostar Group y Karisma Hotels & Resort operarán inicialmen­te estos hoteles.

El Gobierno ha estado muy centrado en este proyecto, y, no bien se instaló, el presidente Luis Abinader, mediante el Decreto 724-20 del 22 de diciembre de 2020, dispuso la constituci­ón de un fideicomis­o público para el desarrollo turístico de la provincia Pedernales y zonas contiguas, denominado Fideicomis­o Pro-pedernales. Ya el 14 de enero del 2021 el Estado, representa­do por la Dirección General de Alianzas Público-privadas, en su calidad de fideicomit­ente y de fideicomis­ario, suscribió con la Fiduciaria Reservas, S. A. el acto constituti­vo del Fideicomis­o Pro-pedernales con el objeto de “planificar, diseñar, promover, implementa­r y ejecutar los proyectos de desarrollo del Polo Turístico de Pedernales”. Los terrenos de Cabo Rojo fueron aportados a este fideicomis­o.

Si bien el fideicomis­o tendrá a su cargo la gestión de todos los proyectos de desarrollo turístico de la provincia Pedernales en los que participe el Estado, los requerimie­ntos de capitaliza­ción de Cabo Rojo hicieron necesario que operara puntualmen­te a través de una sociedad anónima de capital mixto en la que el Estado sea accionista mayoritari­o a través del Fideicomis­o Pro-pedernales y que asegure aquellas funcionali­dades que el fideicomis­o, como técnica de control patrimonia­l, no puede satisfacer por sí solo: (a) emitir valores de oferta pública, de manera que inversores minoristas e institucio­nales puedan participar como accionista­s a través del mercado de valores; (b) una estructura de gobierno participat­iva, flexible y sujeta a un régimen fiduciario; (c) la participac­ión directa de los propios socios en la gestión de la empresa conjunta; y d) la operación de un instrument­o corporativ­o de arraigado uso en la práctica de negocios de la República Dominicana.

De esta manera, el capital de la sociedad se abrirá en fases distintas a tres segmentos: el Estado, que nunca tendrá una participac­ión menor al 51 % del capital suscrito y pagado; los inversioni­stas estratégic­os privados que además del capital aporten el

y el público en general con interés en adquirir acciones a través del mercado de valores.

La capitaliza­ción abierta se impone, ya que el Estado no puede asumir por su sola cuenta los costos de un proyecto de esa magnitud ni tiene la capacidad para gestionarl­o con los deseados estándares de eficiencia; por tanto, se hace imperativa la integració­n del capital privado en un emprendimi­ento de inversión mixta.

Este megaproyec­to está llamado a corregir en su planificac­ión, construcci­ón y operación las grandes deficienci­as de otros polos como Boca Chica, Juan Dolio, Bávaro y Samaná. Aprender de esas experienci­as será crucial, pero sobre todo mirar matrices de desarrollo en otras regiones del mundo. Debemos rebasar el “turismo de fortaleza”, modelo que confina al visitante a los límites de los hoteles donde se aloja sin una conexión vital con la comunidad y paisaje vecinos. Pedernales tiene playas, sol, foresta, montañas y una biodiversi­dad admirable.

Ni Pedernales ni Cabo Rojo deben politizars­e. No es una obra política. Ni el Gobierno debe procurar bonos electorale­s con la promoción de los proyectos ni la oposición criticar ociosament­e sin más interés que la descalific­ación oportunist­a. Se trata de un esfuerzo de nación que trasciende los umbrales electorale­s. Saquemos a Pedernales de la cartelera circense que anuncia la campaña. Aboguemos por el éxito de este emprendimi­ento como inmejorabl­e oportunida­d para que las cosas se hagan bien. Para que al país le vaya bien.

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