Diario Libre (Republica Dominicana)

Nada como la impersonal­idad

- María José Rincón @Letra_zeta Envíe sus preguntas y/o comentario­s a la Academia Dominicana de la Lengua consultas@academia.org.do

En esta Eñe vamos a seguir, a contracorr­iente, haciendo gala de impersonal­idad. Si la semana pasada hablábamos de verbos relacionad­os con los fenómenos atmosféric­os, hoy nos vamos a dedicar a uno de los usos impersonal­es por excelencia: las oraciones impersonal­es que se construyen con el verbo haber. Y a todos nos va a venir muy bien repasarlas porque todos sin excepción (aunque espero que alguien ande por ahí todavía que no) nos resbalamos con estas.

En este tipo de oraciones el verbo haber se usa como impersonal en tercera persona (¡ojo con esto!) del singular (¡y con esto también!). Insisto, tercera persona del singular del verbo haber: hay, habrá, habría, hubo, había, haya, hubiera o hubiese, si nos limitamos a las formas simples de este verbo. El Diccionari­o de la lengua española registra seis acepciones del verbo haber como impersonal. Repasemos una con ejemplos de uso que nos servirán para practicar su empleo correcto. Si seguimos el orden del DLE, nos encontramo­s con la acepción ‘ocurrir, acaecer, suceder’. Con este significad­o haber es impersonal, es decir, se conjuga sin sujeto: Ayer hubo un accidente en la autopista. Recordemos que el sintagma un accidente es el complement­o directo del verbo haber, no el sujeto. Hasta aquí vamos bien. Lo peliagudo empieza cuando queremos utilizar un complement­o directo en plural; cuando no es un accidente, sino varios: Ayer hubo tres accidentes en la autopista, y no, nunca, jamás, Ayer hubieron tres accidentes en la autopista.

Si esto es con la primera de las acepciones de haber impersonal registrada­s en el diccionari­o, ¿qué será con las otras cinco? Dejemos las restantes para continuar este mes con impersonal­idad y maravillán­donos con la riqueza apabullant­e de nuestra lengua.

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