Diario Libre (Republica Dominicana)
Las fosas comunes en Santo Domingo
El cementerio Los Casabes comprende un terreno de 58,000 m². El lugar, además de recibir sepulturas ordinarias, se usa desde la década de 1990 para inhumar los cadáveres no reclamados en Patología y en el Inacif de todo el Gran Santo Domingo. El número varía de año en año.
Los Casabes no es el primer cementerio de la ciudad destinado para estos fines. El investigador Franklin Gutiérrez escribe en su libro “De cementerios, varones y tumbas”, que el monasterio de San Francisco, ubicado en el corazón de la Ciudad Colonial, albergó los cadáveres de muchas personas pobres nunca reclamados por sus familiares.
A su vez, Amparo Chantada, en su obra “El cementerio de la avenida Independencia y Santo Domingo amurallada”, recuerda que la mayoría de los muertos de la Revolución de Abril de 1965 fue enterrada en la fosa común que se ubica en el extremo este de la entrada del camposanto fundado en 1824. En un artículo publicado en la prensa local, también destacó que este cementerio funcionó también como fosa común durante la ocupación haitiana (1822-1844), la anexión a España, la restauración de la República, y en situaciones como las enfermedades y epidemias de final del siglo XIX, el ciclón San Zenón y la dictadura de Trujillo.
Una fosa común en desuso se ha identificado en el cementerio San José Obrero, del barrio Cristo Rey, abierto en 1949. Una gran cruz levantada sobre un piso de concreto es la reminiscencia de lo que fue.
En la actualidad el Inacif utiliza, para sepultar los cuerpos no reclamados en el interior del país, cementerios regionales de la jurisdicción donde estos fueron levantados. En un reportaje realizado por Mariela Mejía de Diario Libre, la entidad explicó que en cada demarcación la logística cambia y puede ser simplificada.