Diario Libre (Republica Dominicana)
Carmen Jiménez: la mujer que confesó a la PN que torturó a su sobrino hasta morir
No lo dejaba ir a la escuela para ocultar sus heridas. Cumple 18 meses de coerción
S.D. El caso de Carmen Jiménez es el de una mujer que torturó a su sobrino de ocho años, le prohibió ir al colegio para que no vieran sus heridas, lo llevó al hospital cuando ya no respiraba y luego contó lo que había hecho a la Policía, sin remordimientos. Ahora se encuentra en prisión preventiva a la espera de que seis fiscales realicen una investigación.
El inicio del terror
Todo empezó con un padre que movía a su hijo de casa en casa. Santiago Colomé Jiménez decidió entregar a C.C.A. a una de sus hermanas para que se hiciera cargo de él. En ese punto todo iba bien. Nada se escapaba de lo normal. El menor C.C.A. vivía con Altagracia
Jiménez, una de sus tías. Pero esta un día decidió que no iba a seguir encargándose de él y lo puso directo en la boca del lobo. Se lo entregó a su hermana, Carmen Jiménez.
No se sabe con exactitud cuándo empezaron los maltratos. Sin embargo, llegó un día en el que C.C.A. dejó de ir al colegio. No porque no le gustara. Nada de eso. Fue porque la directora del colegio intentó contactar con su tía para preguntarle quién había golpeado al niño, pues siempre estaba cansado y tenía signos de agresión. Jiménez le prohibió ir a la escuela. No quería ser descubierta.
Testimonio de tortura
El dolor al que fue sometido C.C.A. durante al menos tres días del mes de diciembre fue aterrador. En el testimonio, Jiménez narra que utilizó diversos objetos en la tortura: un machete, un cargador de teléfono, una cuchara, un trozo de hierro, un cabo de madera y un cuchillo de cocina.
En esos tres días de sufrimiento, el menor fue golpeado con el cargador de un teléfono, fue maniatado y recibió cortes con un machete. En total le propinaron 147 heridas. Después de darle en los dientes con una cuchara, se le cayeron seis. Además, la victimaria le pegó con un hierro en la espalda y se lo introdujo vía anal para que no se le escaparan las heces.
El fatídico sábado 13
El sábado, 13 de enero del 2024, el niño se puso enfermo. Jiménez le llevó un moro de gandules y él lo vomitó. “Tía, no quiero más”, dijo. Entonces, el niño se acostó.
Tal y como narra Jiménez, se acercó al menor y le introdujo el dedo en la boca para sacarle la comida y la flema. “Lo estaba ayudando”, se excusa. Sin embargo, C.C.A. le pidió que no le hiciera eso.
“Luego empezó a hacer gárgaras, lo puse de lado y se desmayó, pero aún seguía respirando. Yo le puse las manos y sentía que respiraba”, confiesa.
Cuando su víctima perdió el conocimiento, llamó a su novio, González Valencio Rojas, y le dijo que C.C.A. se había puesto malo y se había desmayado. Según comenta, Valencio llegó rápido y llevaron al niño en el camión con el que él trabajaba a la policlínica de Verón, lugar en el que les ordenaron ir al hospital.
En el hospital de Verón
Carmen Jiménez fueron atendidos rápidamente, pero el niño ya no respiraba. Pese a esto, los doctores lo atendieron. “Cuando llegamos, lo pusieron en una camilla, luego salió el doctor y me dijo que el niño había muerto”, declara.
El pequeño presentó, según el médico legista actuante, heridas múltiples en todo el cuerpo, con signos de tortura y mutilación. Además de 147 heridas, shock hemorrágico, shock hipovolémico, shock séptico, con seis pérdidas dentales.
“Luego empezó a hacer gárgaras, lo puse de lado y se desmayó, pero aún seguía respirando. Yo... sentía que respiraba”
La manutención
Al ser cuestionada sobre cuánto sabía su pareja de que ella golpeaba a su sobrino, esta respondió que le había dicho que “le metía fuetazo al niño”, por lo que él le sugirió que se lo entregara a su padre. Otro detalle que la mujer contó a las autoridades es que su hermano Santiago Colomé Jiménez, por cuidar del niño C.C.Á., le daba dos mil pesos los días quince y treinta, pero luego subió a tres mil, de los cuales, dos mil eran para ella y mil para el niño. Jiménez cumplirá 18 meses de prisión preventiva en la cárcel de mujeres de Higüey y su pareja en Anamuya.
acusada de torturar y matar a su sobrino
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