Oración a prueba del tiempo

Periodismo nuestro que estás en las ondas hertzianas y en la tierra, en la radio, televisión, periódicos, revistas, web, redes sociales, Youtube… Santificados sean, sin excepción, los que en tu ejercicio buscan la verdad hasta encontrarla.

Venga a todos nosotros —blancos, negros, mulatos y blancos con el negro detrás de la oreja; pelo bueno, malo y alisado; jojotos y jabaos— la fuerza de los hechos, libres de añadiduras, de manejos, de especulaciones, de apostillas interesadas.

Hágase la voluntad de las mayorías en todas partes, en el Congreso, en las acciones gubernamentales, en las elecciones que se aproximan; y que los que cuidan del cielo con poco celo nos dejen resolver las cosas de la tierra sin amenazas ecatólogicas e infernales.

Danos hoy las noticias de cada día, frescas, a tiempo, libres de obstáculos adrede que dificulten entenderlas, completas, sin miramientos ni vendas, exentas de las mentiras disfrazadas de quienes las trabajan o quienes las emiten desde los despachos oficiales; alejadas de las banderías políticas o la defensa de un corrupto favorito.

Y perdona nuestras deudas con la verdad; nuestras reacciones torpes ante los hechos que nos disgustan; el atropello al idioma, nuestros intentos de tapar el sol con un dedo; de relegar al que piensa diferente, así como también nosotros perdonamos a los colegas falaces, encubridores de entuertos; influencers, cultores de fake news, difamadores profesionales y divulgadores de rumores falsos; a los adictos a la nómina pública, bocinas, espías de los teléfonos de periodistas, tuiteros mañosos o buscadores de favores privados, ignorantes de su propia ignorancia, pretenciosos, arrogantes, gárrulos, petulantes, intolerantes, y veedores profesionales de la paja en el ojo ajeno y nunca la viga en el suyo…

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