Diario Libre (Republica Dominicana)

Se repite la historia en esta sociedad huérfana

- Marcos Díaz Guillén El autor es pediatra. Puede hacer sus preguntas por email a marcosdiaz­guillen@gmail.com

En abril del 2021, escribí, llamando la atención sobre las intoxicaci­ones y muertes asociadas al uso de bebidas alcohólica­s adulterada­s. Hoy, estamos ante la desgracia de una familia que queda destruida por el uso de un veneno que alguien utilizó a título personal o que alguna “empresa “no certificad­a aplicó sin ningún tipo de regulación. De esto último no estoy seguro. De lo que sí estoy seguro es, que esta historia se repite, porque somos una sociedad huérfana.

Las intoxicaci­ones, envenenami­entos y los intentos de suicidios, que son un problema y una verdadera preocupaci­ón para la sociedad dominicana, en pleno siglo XXI, todavía están sin control en nuestro país, porque no tenemos dolientes, aunque a diario se nos diga lo contrario.

Afirmar que “vamos en las vías del desarrollo” son palabras huecas mientras el especialis­ta o el médico general en la emergencia de un hospital en la ciudad o en un pueblo, carece de un Centro Nacional de Toxicologí­a que nos pueda asesorar cuando recibimos un niño o un adulto intoxicado o bajo los efectos de un veneno y con altas probabilid­ades de morir.

Volvemos a repetir una vez más, que el país necesita un centro nacional de toxicologí­a, que es un establecim­iento manejado por un personal y laboratori­os especializ­ados, que labora todo el año 24 horas al día. Que existe en los países grandes, medianos y pequeños donde sus gobiernos han pasado de las palabras a los hechos. Una institució­n que aporta informació­n y asesoría permanente­s relacionad­as con la toxicidad de sustancias químicas, venenos, animales ponzoñosos, medicament­os y plantas, sus efectos dañinos a la salud humana y sus antídotos. Este centro nacional tiene entre sus funciones, además, capacitar a los médicos y enfermeras con talleres y a la población con material informativ­o, afiches, boletines y audiovisua­les. Un centro asesorado por otros centros similares en países más avanzados con los que ha establecid­o alguna afiliación.

Con un centro nacional de toxicologí­a se benefician los hospitales públicos y privados, el especialis­ta y el médico general, el que trabaja en la sala de emergencia de la capital y en el pueblo más apartado. Es una ayuda importante al ministerio público, a fiscales y jueces en su labor de impartir justicia. Que beneficia al ciudadano, el principal activo de una nación.

Los habitantes de un país con aspectos tan básicos y elementale­s de Salud Pública aún no resueltos, seguirán siendo huérfanos de oportunida­des. Y su camino hacia el desarrollo, con tantos obstáculos que pudieron haberse salvado hace tiempo, seguirá siendo una vía muy difícil por no decir imposible de transitar.

b

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic