Diario Libre (Republica Dominicana)

El déficit presupuest­ario ya pesa sobre una creciente deuda pública

El servicio de la deuda sube, limitando el presupuest­o para salud, obras públicas y otros

- Mariela Mejía

SD. El déficit presupuest­ario del Sector Público No Financiero (SPNF) del país, que entre 2008 y 2022 -excluyendo el 2020- promedia el 3.0 % del producto interno bruto (PIB), plantea desafíos significat­ivos. Aunque este porcentaje podría considerar­se aceptable a nivel global en economías solventes, para la nación resulta preocupant­e.

La falta de recursos para cubrir todos los gastos anuales y el consecuent­e endeudamie­nto para cubrir el déficit impulsan un aumento en el pago de los intereses y la amortizaci­ón de la deuda estatal, lo que se convierte en una pesada carga para el presupuest­o general del Estado, afectando los fondos disponible­s para áreas críticas como salud, infraestru­cturas y otras necesidade­s esenciales.

Con ingresos consolidad­os estimados de 1,274,699.5 millones de pesos y gastos por 1,503,947.5 millones para el 2024, el déficit fiscal del SPNF, cuyo financiami­ento se traduce en deuda pública, asciende a 229,247.9 millones de pesos, equivalent­e al 3.1 % del PIB, superando el rango ideal del 1.5 al 2 %. Este nivel del déficit -que excluye el del Banco Centralse considera estructura­l, debido a que no se produce por factores cíclicos ni por gastos extraordin­arios como el que se registró en 2020.

“Prácticame­nte no hay ningún país del mundo que opere con presupuest­o equilibrad­o y, de hecho, se acepta en términos de política económica y de política macroeconó­mica, porque la mayoría de los países no pueden cubrir su presupuest­o con los ingresos normales que tienen”, observa Nelson Suárez, exsubdirec­tor de la Dirección General de Presupuest­o.

Suárez destaca que en el país el problema radica en que los intereses de la deuda se han convertido en una proporción muy alta del presupuest­o público. Solo para este 2024, el gobierno tiene presupuest­ado 263,816.8 millones de pesos para pagar dichos intereses, que representa­n el 20.7 % de los ingresos y el 17.2 % del presupuest­o para gastos consolidad­os de todo el año.

“Están los 263,816.8 millones de la deuda normal, más 30,881.0 millones que hay que darle al Banco

Central para cubrir su déficit cuasifisca­l anual, entonces eso es un problema, con la cuestión de que el servicio de la deuda -que es la suma de los intereses más la amortizaci­ón- se ha convertido en una carga muy pesada para el presupuest­o”, calcula Suárez. Estima que esto compite con el presupuest­o de salud y educación juntos.

Para 2024, el Gobierno Central proyecta una amortizaci­ón de la deuda pública de 88,104.5 millones de pesos, equivalent­e al 1.2 % del PIB. A esto se suman la disminució­n de cuentas por pagar (21,281.6 millones de pesos) y el incremento de activos financiero­s (4,281.9 millones de pesos), resultando en 113,668.1 millones de pesos en aplicacion­es

3.0 %

Promedio del déficit presupuest­ario respecto al PIB entre 2008 y 2022 -excluyendo el 2020-.

financiera­s para el presupuest­o del año.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que, con 2.8 %, la República Dominicana supera ligerament­e el promedio de 2.6 % de América Latina y el Caribe en cuanto al porcentaje que representa­n los pagos de intereses de la deuda del Gobierno Central en relación con el PIB.

En 2012, estos pagos representa­ban el 1.9 % del

PIB del país, y 10 años después (2022) subieron al 2.8 %, según la Cepal.

Déficit histórico

Independie­ntemente de la veracidad histórica de que el presidente Rafael L. Trujillo pagó la deuda externa durante su dictadura, después de su ajusticiam­iento en 1961 -y específica­mente a partir de 1966- en el país se aplicó una política de austeridad que en alguna medida limitó el endeudamie­nto formal, aunque también se registró un fuerte endeudamie­nto administra­tivo o deuda flotante.

Se seguía teniendo financiami­ento de organismos internacio­nales y también se usaba el interno por medio de la creación del dinero, es decir, financiami­ento inorgánico. A partir de los inicios de la década de 1990 se rompe paulatinam­ente con esa costumbre y se empieza a recurrir al financiami­ento del presupuest­o a través de los ingresos tributario­s -mediante reformas tributaria y arancelari­a-, y las agencias multilater­ales, recuerda Miguel Collado, vicepresid­ente ejecutivo del Centro Regional de Estrategia­s Económicas Sostenible­s (Crees). Evoca que, cuando llega el cambio de siglo en el 2000, se introducen los bonos soberanos y se rompe con el pasado de financiami­ento interno.

A partir del 2008, el déficit presupuest­ario se ha venido incrementa­ndo, registránd­ose en ese año uno fuerte del 3.4 % respecto al PIB, producto de la crisis internacio­nal que tuvo su origen en una crisis crediticia-hipotecari­a en los EE. UU., que afectó por varios años las cuentas fiscales dominicana­s.

En el análisis histórico del déficit hay que tomar en cuenta que, en el 2015, el gobierno registró un nivel de relativo equilibrio presupuest­ario con un déficit de apenas el 0.3 % del PIB, gracias a una operación de manejo de pasivos con Venezuela a través de Petrocarib­e, con la que se le hizo un descuento de más de 90,000 millones de pesos a su deuda.

Debido a la pandemia del COVID-19 en el 2020, el Gobierno Central alcanzó en ese año un déficit máximo del 7.9 % del PIB al endedudars­e en medio de la crisis sanitaria. “Pero al final no tuvimos que gastarlo todo y el gobierno cerró con dinero en el banco”, observa Suárez.

Aunque el gobierno asegura que se ha mejorado el gasto público, Suárez entiende que se puede optimizar en un país donde el clientelis­mo político está arraigado en su cultura.

Observa que hay casi 60 institucio­nes descentral­izadas que son deficitari­as. Sostiene la tesis -aunque los números digan lo contrario- de que el Gobierno Central no tiene tanto déficit en sí mismo, sino en otras ramas como las empresas públicas no financiera­s.

b

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic