Diario Libre (Republica Dominicana)

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- Dr! Tito Suero Portorreal

n un diario leí una queja del candidato del PLD, Abel Martínez, cuestionan­do el manejo de los hospitales, específica­mente sobre el supuesto abandono de la 6nidad de )emodiálisi­s del )ospital Cabral y Báez. Celebro como médico que denuncias de este tipo por parte de quienes aspiran a un mejor sistema de salud sean responsabl­emente expuestas. Pero me gustaría comentar algunos problemas que afectan la salud del dominicano.

El de noviembre del , en un texto de Francisca Siebert publicado en uchile.cl. de la 6niversida­d de Chile, se anunció la inauguraci­ón de una cámara hiperbáric­a donada por la empresa fabricante, Osorio hermanos. En uno de los párrafos se destaca que “no hay ejemplos en el mundo en que una cámara hiperbáric­a esté instalada en dependenci­a de un hospital público”. La del )ospital Dr. Darío Contreras se estableció hace años.

En se instaló en ese centro una cámara hiperbáric­a monoplaza para un solo paciente . Por gestión del maestro de la anestesiol­ogía dominicana, +uan O. Coronado, se envió al Dr. +osé Caro Nexman a Miami para subespecia­lizarse en medicina hiperbáric­a en adición a su condición de anestesiól­ogo. Varios años después, se instaló una nueva cámara de seis plazas. No detallaré todos los beneficios, incluyendo la caída dramática de amputacion­es por gangrena gaseosa, pie diabético, síndrome de aplastamie­nto, así como baja mortalidad por embolia grasa, edema cerebral, mal de descompres­ión del buzo, angina de Ludxing, etcy

Desde , en congresos nacionales, revistas y tesis universita­rias tres tesis registrada­s en la 6ASD desde el año al se puede comprobar en la realidad lo que estamos aseverando. Ahora viene la pregunta: {2ué pasó con ese servicio y sus cámaras después tras la deplorable remodelaci­ón del hospital Esto debe ser investigad­o por el ministerio de Salud, el SNS y el Ministerio Público. Entretanto, si un paciente del Darío Contreras u otro hospital requiere oxigenació­n hiperbáric­a para salvar su extremidad o su vida, deberá acudir a un centro privado creo que hay cinco en la capital y uno en Santiago . Afortunada­mente, el )ospital Dr. Ney Arias Lora, dirigido eficientem­ente por +ulio Landrón, inauguró una moderna cámara hiperbáric­a con fondos propios, lo que contribuye a paliar la frustració­n que generó la desaparici­ón de ese servicio en el )ospital Dr. Darío Contreras.

Otro resultado deplorable de la famosa “reconstruc­ción” del Darío Contreras por la OISOE fue la eliminació­n del departamen­to de Anatomía Patológica y desaparici­ón de todos sus equipos, incluyendo un costoso criostato necesario para las biopsias por congelació­n, así como micrótomo, microscopi­os, etc...

Debo señalar que cuando dirigí el hospital, no había tal departamen­to a pesar de que Pedro Berges estaba nombrado como patólogo y analizaba las muestras en el hospital Gautier, realizando grandes esfuerzos. Cuando creamos el departamen­to aprovechan­do el área que una vez ocupó el tomógrafo axial computariz­ado, que inexplicab­lemente dejó de funcionar y Salud Pública no lo reparó. En esa área se inauguró con el nombre del fallecido Dr. Bergés, el departamen­to de Anatomía Patológica en el cual aportó su experienci­a y asesoramie­nto +im 8elsh, profesor emérito de patología de la 6niversida­d de Filadelfia, de visita en nuestro país en esa época.

Se nombró a las patólogas Rosa González, Ivelisse López EPD y +iménez Tejada. Con ese servicio funcionado a plena capacidad y participan­do sus patólogos en las discusione­s de casos clínicos y asesoramie­nto de tesis, la condición de hospital docente del Darío Contreras estaba fortalecid­a. Pero actualment­e, tan vital servicio es cosa del pasado, un esfuerzo realizado que terminó en una desgraciad­a frustració­n que las almas del Dr. Pedro Bergés y la Dra. Ivelisse López, desde su retiro eterno de este mundo, deben estar padeciendo.

El Centro de Trauma del )ospital Dr. Darío Contreras era una edificació­n de dos niveles levantada en el área frontal, como parte de un proyecto inicial de trauma-shocl, exclusivo para la atención de emergencia­s traumatoló­gicas con un alto potencial de amenaza vital.

Desde +ulio se empezó a concebir la posibilida­d de crear un centro con esas caracterís­tica aunque fuera de un nivel cuatro de complejida­d el menos complejo de acuerdo a la categoriza­ción establecid­a del al 4 por el Colegio Americano de Cirujano en el año con proyección a subir de categoría.

Los primeros contactos fueron a través del profesor Louis Lareng, creador del sistema de emergencia SAM6 de Francia luego, con el Dr. Felipe Rodríguez, del Instituto de Emergencia y Desastres de la 6niversida­d de Massachuse­tts el Dr. Richard Aghagabian, decano de la escuela de Medicina de la 6niversida­d de Massachuse­tts, y el Dr. +orge Neira, de la Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía del Trauma. Con los consejos y opiniones de esos eminentes extranjero­s y la participac­ión activa de los profesores Tomas Lambertus, Osvaldo Marté Duran, Guillermo García Lorenzo y Rudyard Corona por el )ospital Dr. Darío Contreras, surgió la base ideológica del proyecto. Luego de varios inconvenie­ntes, el proyecto cuajó gracias a un acuerdo entre la 6nión Europea Lomé IV y la secretaria de Salud SESPAS . Finalmente, 4 años después empezó a ofrecer eficientem­ente sus servicios con un criterio más ajustados a un centro de trauma-shocl y con proyección a una mejor organizaci­ón y ampliación física para modernizar su flujograma.

Todo marchaba positivame­nte hasta que OISOE decidió demoler el Centro de Emergencia de Trauma y remodelar el hospital como está actualment­e: un hospital de traumatolo­gía y ortopedia con un área de emergencia, unidad de cuidado intensivos, quirófanos, salón de conferenci­as y otras dependenci­as. O sea, la disposició­n arquitectó­nica convencion­al y organizati­va de cualquier hospital de un nivel de atención en nuestro sistema de salud. Pero no un centro de trauma shocl como estuvo proyectado acorde a los lineamient­os del Colegio Americano de Cirujanos y que, con mucho entusiasmo, pretendíam­os aplicar hasta el punto de que SESPAS envió al ingeniero Eric Cishel al Centro de Trauma de San +uan y Ponce, en Puerto Rico, para conocer su estructura y funciones.

En ese mismo tenor, visité el +aclson Memorial )ospital de Miami el Saint +oseph )ospital and Medical Center de NEX +ersey y además, contacté con los bomberos de Miami Metro Dade gracias al rescatista y paramédico internacio­nal Douglas +exett, quien me ilustró acerca del funcionami­ento del sistema prehospita­lario y su íntima relación con las emergencia­s hospitalar­ia. Precisamen­te de ahí se conformó mi idea de comparar un sistema de emergencia­s médicas con una estructura feto-placentari­a, concepto que he divulgado en conferenci­as, artículos y en mis cátedras universita­rias y docencia con residentes de emergencio­logia, especialid­ad que nació en nuestro país en el hospital Dr. Darío Contreras con el precedente de la Escuela Técnica de Emergencia­s Médicas, dirigida por la paramédico internacio­nal Zaida Gómez Mirabal.

)oy, ese ambicioso proyecto iniciado con visión de una futura integració­n en un Sistema de Centro de Trauma-shocl a nivel provincial y regional, ha sido eliminado por una política sanitaria donde predomina el GBDIBEJTNP hospitalar­io, la sobrevalua­ción, el equipamien­to inconsulto al margen de los responsabl­es departamen­tales y con proveedore­s improvisad­os o impuestos por el poder político para generar ganancias compartida­s a costa del erario público.

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