Diario Libre (Republica Dominicana)
El “Escándalo Mizuhara” no será el primero, ni el último
“Es preciso decir otra mentira, les diré que llegué de un mundo raro, que no sé del dolor, que triunfé en el amor, y que nunca he llorado” José Alfredo Jiménez / Un mundo raro
La Liga Dominicana de Béisbol (LIDOM) con mucha diplomacia y sin escándalos, por el buen nombre del espectáculo erradicó a los peloteros y árbitros que eran señalados por el rumor público que realizaban sus apostaditas a la pelota.
En esa “Operación Limpieza” jugó el rol del Juez Landis el doctor Leonardo Matos Berrido que sin llevarse de rumores le dio un corte de raíz a esos amagos.
Desde el miércoles el tema apuestas en las Grandes Ligas está viral en los medios y las redes con carácter de escándalo y el cotidiano “Los Angeles Times” reveló que los representantes de la superestrella de los Dodgers, Shohei Ohtani, han acusado a su intérprete y principal confidente Ippei Mizuhara de robar “millones” como parte de un plan de apuestas ilegales. Mizuhara, es acusado por los abogados de Ohtani de tomar el dinero para realizar apuestas ilegales con el presunto corredor de apuestas Mathew Bowyer.
Este escándalo que tendrá más capítulos que la serie del Señor de los Cielos, ya que se supone que el presunto corredor de apuestas Bowyer estuvo asociado con Wayne Nix, un corredor de apuestas que se declaró culpable en 2022 de conspiración para operar un negocio de apuestas ilegales. Nix, ex jugador de Grandes Ligas, supuestamente tenía clientes en todo el ecosistema del deporte y el entretenimiento, incluidos Michael Jordan, Maverick Carter, Yasiel Puig y otros.
Mizuhara, a la distancia se aprecia que no “es un chivito jarto de jobos”, ya que no había sido sólo un intérprete para Ohtani, era un miembro crucial de su séquito y hasta su marpiolo. Mizuhara lo llevaría hacia y desde los juegos, le brindaría consejos sobre decisiones profesionales y sería su principal punto de contacto durante toda la temporada de béisbol.
La relación de Mizuhara y Ohtani se remonta a cuando la estrella de dos vías tenía 18 años como novato en Japón y floreció hasta convertirse en una asociación de casi 12 años. Cuando Ohtani decidió dar el salto a la MLB, dejó en claro que Mizuhara sería parte de su transición. O sea, una mancuerna indestructible.
Y la pregunta se cae de la mata: ¿Salpicará con tinta china este escándalo a Ohtani?
Con este follón en la palestra solo me queda recurrir a Eduardo Galeano cuando formuló: “Vivimos en un mundo donde el funeral importa más que el muerto, la boda más que el amor y el físico más que el intelecto. Vivimos en la cultura del envase, que desprecia el contenido”.
Ojalá me equivoque, pero este “Escándalo Mizuhara” cuando se conozca hasta el fondo, el de Pete Rose resultará un bebé de tetas.